Delta es menos grave en niños, pero ellos llevan el virus a adultos

Con 1 año y 9 meses, Valeria se contagió de covid-19 luego de que su padre contrajera la enfermedad. La pequeña no presentó señales de que se tratara de una variante del SAR-CoV-2 como la Delta, cuenta su madre, Marisol Carvajal.

Por ello, asegura que cuidan a la niña más que antes. Quieren evitar que Valeria vuelva a contagiarse, “peor aún con la variante Delta”. Es la única en casa que no puede ser inmunizada como sus padres, que ya recibieron las dos dosis.

Según las proyecciones poblacionales para este 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), un total de 4,3 millones de niñas y niños tienen entre cero y 12 años en el país. Mientras no existan fórmulas pediátricas para este grupo de edad no recibirá vacunas contra el covid.

En julio, el Ministerio de Salud cambió el formato de la gráfica de datos nacionales sobre covid-19. En la nueva presentación ya no constan los porcentajes de casos por grupo de edad.

El epidemiólogo de la Universidad Central, Marcelo Aguilar, dice que eso impide conocer cómo está afectando el virus a los niños del país, con las mutaciones como la Delta, que es más transmisible.

En otros países, dice Aguilar, la infección toma importancia en niños. “Antes eran la minoría, hoy representan un porcentaje significativo”.

Reuters reportó que el número de niños hospitalizados con covid-19 en Estados Unidos alcanzó un récord, llegando a más de 1 902 el sábado pasado. Esto se debe al avance de la variante Delta, de acuerdo con el Departamento de Salud y Servicios Humanos del país.

El especialista Aguilar señala que la mayoría de los niños presenta infecciones asintomáticas o leves. “Aunque se han descrito casos graves y mortales en menores de 12 años, no es lo común, son excepcionales”.

Esto podría cambiar, dice, si los menores de 12 se quedan sin vacunarse. “El resto de la población tendrá una alta protección, el virus seguirá circulando y los niños serán la reserva para que el virus se replique, con más oportunidad de producir casos graves”.

El Hospital Baca Ortiz, de Quito, no ha atendido a pacientes con la variante Delta. Esa casa de salud tiene hoy a dos niños menores de 12 años en hospitalización por covid. En la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) no hay casos.

Ahí se reporta una disminución de niños menores de 12 años con covid-19 desde enero. En el primer mes del año, por ejemplo, hubo 36; de los cuales nueve estuvieron en UCI.

Aunque no se ha visto que las variantes sean más agresivas en niños, el presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Pediatría, Fernando Aguinaga, recuerda que en América Latina uno de cada 50 000 niños podría enfermarse gravemente por covid.

Al ser la Delta más contagiosa, “mientras más niños se enfermen, el riesgo de que hayan complicaciones siempre va a ser más alto y los no vacunados tienen mayor probabilidad”.

Es la razón por la que Ámbar Chávez extremó los cuidados en su familia. Su hijo Liam, de 6 años, se contagió de covid-19 y se recuperó en casa, al cabo de una semana. Sin embargo, la madre teme una reinfección con la variante Delta.

Piensa que el virus llegó a la casa en una visita familiar, por eso ahora las evitan. “Entendimos que en esta pandemia definitivamente no hay que reu­nirse con otros”.

El pediatra Aguinaga señala que, si bien los niños desarrollan enfermedad por covid menos grave, es probable que ellos contagien a los adultos de riesgo, renuentes a la vacuna.

Gia, de 7 años, y su hermano Benjamín, de 4, no se contagiaron cuando sus padres contrajeron covid-19 en marzo pasado. Su madre, Julia Cevallos, cuenta que eso les hacía pensar que los niños son inmunes, pero no pasa lo mismo con las variantes. “Me preocupa que sea más contagiosa”.

Por eso, mientras sus hijos le acompañan en la óptica que dirige, les enseña normas de bioseguridad para que los niños las apliquen. “Tenemos que aprender a vivir con esto”.

Eso lo recomienda el epidemiólogo Mauricio Espinel. Recuerda que en Ecuador no hay suficientes vacunas, por lo que hay que priorizarlas para adultos vulnerables. “El riesgo en los menores de 12 es de 0,05%”.

 

 

 

 

El Comercio