EDITORIAL: El oportunismo en tiempos del emprendimiento.

Hace unas semanas viendo mi  timeline de twitter, me llamo la atención un tuit que publicó la cuenta oficial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el cual se puede leer lo siguiente:  “Mientras el gobierno emanado de Morena se olvidó de los emprendedores y desapareció el Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM), en nuestro partido lanzamos #EmprendePRI para impulsar proyectos productivos”, seguido de un banner que señala tajantemente que “SOMOS EL ÚNICO PARTIDO en toda América Latina, que impulsa un proyecto para el desarrollo de los emprendedores”.

Me fue muy extraño que ahora el PRI refiera que “SON EL ÚNICO PARTIDO” en proponer este tipo de iniciativas para apoyar al creciente ecosistema emprendedor que se encuentra emergiendo, sin embargo, también sería de mucha ayuda recordarles que fue la Auditoria Superior de la Federación (ASF), que tras haber realizado una auditoría a la cuenta pública del 2018, determino que el INADEM en corresponsabilidad con los beneficiarios de los proyectos, incumplieron con las disposiciones en materia de aplicación de recursos y de la comprobación de su ejercicio, es decir, que un poco más de 379.2 millones de pesos no fueron comprobados.

Me dispuse a checar la convocatoria en la página oficial de aquel partido político al cual hace años atrás las diferentes clases sociales se veían reflejados y añoraban ingresar para obtener beneficios políticos y económicos, llamando mí atención el siguiente preludio, el cual dice “el Gobierno de la Cuarta Transformación había iniciado un desprestigio del tercer sector, y que consideraba que las organizaciones sociales son únicamente un “intermediario” para resolver dichas problemáticas, que el actor responsable y único capaz de resolver de manera directa es el gobierno”.

Y es que bueno, el PRI durante muchos años utilizó diferentes programas sociales, así como recursos económicos para financiar a diferentes agrupaciones sociales “oficialistas”, a quienes después de inyectarles grandes recursos económicos eran utilizados para captar a potenciales votantes (quisieran o no).

Con todo esto parecer ser que el PRI se encuentra en una cruzada para reivindicarse como un partido moderno y cercano a los jóvenes, tal vez con el objetivo de encontrar “adeptos” y de esta forma, poder engrosar la lista de sus afiliados con miras a las elecciones futuras.

El problema surge en creerle a un partido que si bien, creo al INADEM, dependencia que tenía como objetivo apoyar a las y los emprendedores, la misma ASF le detecto que en la cuenta pública del 2018 y 2017,  no entregó documentación que comprobará el ejercicio de 27.24% del total de los recursos asignados a esta dependencia, y en el ejercicio fiscal del 2016, le detectó irregularidades por más de 242 millones de pesos, es decir, el INADEM no pudo comprobar el ejercicio del recurso económico entregado a diferentes empresas y emprendedores.

Fue pues por esas irregularidades que la actual administración decidió desaparecer al INADEM con la finalidad de “acabar” con la corrupción que se fomentó en dicha institución, dejando a su paso a miles de mujeres y hombres emprendedores que esperaban ser beneficiados con los recursos de dicho programa, cumpliéndose así aquel dicho que dice “pagan justos por pecadores”. El gran problema de AMLO es que ni sus actuales funcionarios han dejado de realizar las mismas malas prácticas de sus predecesores.

Lamentablemente a estas alturas es complicado el poder confiar en el partido político que ahora “se echa flores” y presume de “apoyar a los emprendedores”, pero que en el pasado utilizó su maquinaria gubernamental para intereses económicos y políticos, haya sido personal o para un grupo de personas. Es momento de que los partidos políticos ya no utilicen más a los emprendedores para sus intereses partidistas, ya que urge que en verdad velen por el interés de la ciudadanía la cual exige verdaderas políticas públicas para quienes emprenden y ya cuentan con una pequeña empresa, los cuales nunca han sido tomados en cuenta, salvo únicamente para solicitarles el pago de sus impuestos y “darles un apoyo” a cambio de su voto.