Las y los jóvenes de hoy en día vemos con mucha preocupación los estragos que el COVID-19 esta causando a lo largo y ancho de nuestro país.
No negamos que nuestras madres, padres y demás familiares, quienes pertenecen a generaciones como los Baby Boomers o Generación X, hayan pasado por circunstancias similares, sin embargo, la actual contingencia está rompiendo todos los parámetros que las pasadas epidemias han ocasionado.
Ahora somos los millenails y centennials quienes estamos afrontando este nuevo reto, el cual esta sumiendo al mundo entero, pero en especial a México, en un panorama de incertidumbre. Aunado a ello que la misma la sociedad no nos otorga ningún voto de fe.
Efectivamente, ambas generaciones hemos sido señaladas hasta el cansancio por la vieja guardia como irresponsables por nuestro actuar, ejemplo de ello el tacharnos de oportunistas por alzar la voz ante los riesgos que el calentamiento global está ocasionando a nuestro planeta, así como exigir que las niñas tengan acceso a educación en un país gobernado por un régimen totalitario, recibiendo en vez de una respuesta positiva, un balazo en la cabeza. No entienden pues, que es precisamente esa rebeldía que nos caracteriza, la que está ayudándonos a adaptarnos a las circunstancias.
Somos ahora las y los jóvenes quienes tenemos y estamos logrando hacer un gran frente ante esta pandemia, apoyándonos para ello con las diferentes herramientas tecnológicas que tenemos a nuestro alcance y disposición y, con las cuales, se han logrado construir plataformas y redes de apoyo.
Este gran trabajo titánico se ha obtenido gracias al voluntariado de millones de jóvenes de todo el país, los cuales han sacado la casta, para nuevamente dejar el todo por el todo, aún a sabiendas de la poca fe de sus predecesores, quienes no terminan de comprender que es momento de actuar y no callar.
Los jóvenes de hoy no somos como nos pintan, somos más proactivos, solidarios y consientes, algo que el COVID-19 no está logrando quitarnos, sino al contrario, aviva aún más nuestro ingenio para continuar siendo responsables.
Ejemplos de ello son los jóvenes profesionistas que otorgan seminarios gratuitos vía ZOOM a personas mayores de edad, con la finalidad de que puedan aprender nuevas aptitudes y conocimientos o, como el caso de los docentes que preocupados por sus alumnos que no cuentan con los recursos económicos suficientes para poder conectarse a sus clases virtuales, realizan fondeos para ayudarlos económicamente y así, con el recurso monetario obtenido, se puedan conectar a sus clases virtuales. Aunque hay casos aún más arriesgados, como el de pasantes en servicio social de la carrera de medicina, que voluntariamente se han sumado a la lucha contra el CORONAVIRUS.
No nos hagan a un lado, estamos aquí para apoyarlos y apoyarnos. Sabemos también que como toda generación también tenemos fallos y errores, sin embargo, hemos demostrado que nuestra mayor preocupación es el bienestar común, y más aún en momentos como estos, en los cuales no buscamos la división, sino al contrario, pedimos por la unidad y el apoyo mutuo.
Denos a las y los jóvenes la valiosa oportunidad histórica de demostrar que, sumando, lograremos superar el actual desafío que el coronavirus nos presenta, estoy seguro de que para nosotros será solo un reto más.
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