El ron es uno de los destilados más diversos del mundo. Los hay blancos, dorados, negros, añejos, over-proof, dulces, ligeros y, por supuesto, premium. Sus orígenes se sitúan en las islas Canarias y el Caribe, aunque su elaboración se ha extendido a todas las latitudes del globo terráqueo.
Gracias a sus cualidades y fama extendida, lo que comenzó como el Día Nacional del Ron en Estados Unidos, se convirtió en una celebración internacional que tiene lugar cada año el 16 de agosto. Una fecha que, para José Luis Gutiérrez, embajador de Santa Teresa 1796, es ocasión perfecta para fortalecer el espíritu de hermandad y unión que promueve este destilado de caña de azúcar.
Afirmación que realizó en el marco de una cata exclusiva con motivo del ‘International Rum Day’, organizada por Bacardí en su nueva house experience en la Ciudad de México. Una vivencia que incluyó a Bacardí Gran Reserva Limitada. Una interesante mezcla de raras reservas de ron.
En materia de estilo
El experto explica que los procesos para la obtención del ron tienen una gran influencia europea. Por ejemplo, refirió que se puede partir del estilo español, francés o inglés. Ello dependerá de la zona geográfica donde se elabore y el tipo de submateria prima que se utilice: jugo de caña, miel de caña o melaza.
Otro factor importante es la fermentación. Algunos productores de ron en Latinoamérica y el Caribe se distinguen por desarrollar sus propias levaduras y hacerlas trascender como parte de un legado familiar. Sin embargo, para José Luis Gutiérrez, la clave de un buen ron se encuentra en el arte del blend, en el savoir fair de los maestros roneros. Finalmente, “la sal y pimienta de todo el proceso, es el añejamiento”.
Al respecto señaló que Santa Teresa 1796, de origen venezolano, es audaz y elegante con mezclas de hasta 35 años envejecido en barricas de roble bourbon; luego envejecido a través del método artesanal Solera, que resulta en un ron seco, suave y equilibrado.