El día en que Einstein entregó la fórmula de la felicidad a un joven cartero japonés

La fórmula de la felicidad de Albert Einstein consiste en conceptos tan importantes como la humildad, la voluntad y tener un objetivo.

Noviembre de 1922. En el Hotel Imperial de Tokio, Japón, se hospedaba una de las personalidades más importantes de la historia de la ciencia: Albert Einstein. El nacido en Alemania estaba en Japón con fines académicos, algunas semanas después de recibir el Nobel de Física. Ese día, un cartero tocó a la puerta de su habitación para entregarle un paquete. En este encuentro, el joven recibió la fórmula de la felicidad de Albert Einstein.

Cuando Einstein quiso darle una propina a al joven cartero, en lugar de monedas, le entregó unas hojas con dos mensajes escritos. Uno decía en alemán: “Stilles bescheidenes Leben gibt mehr Glueck als erfolgreiches Streben, verbunden mit bestaendiger Unruhe”.

Esto podría traducirse como: “Una vida humilde y tranquila trae más felicidad que la persecución del éxito y la constante inquietud que implica”.

La segunda nota decía:

“Donde hay voluntad, hay un camino”.

El joven cartero guardó las hojas como si se tratara de un tesoro, pues, a fin de cuentas, ¡estaban firmadas de puño y letra por el físico más importante de todos los tiempos! Pero ningún tesoro se queda en el mismo lugar para siempre.

En 2017, la casa Winner’s Auctions de Jerusalén subastó los dos documentos, vendidos por un familiar del mensajero que entregó el paquete a Einstein. La puja inició en un precio de 2000 dólares, sin embargo, la cifra llegó hasta 1.586.000 de dólares.

¿Quién robó el cerebro de Albert Einstein?

Einstein más allá de la ciencia

Quien fuera el autor de la teoría de la relatividad, nos dejó aportaciones que van más allá de la ciencia, terreno en donde está situado como uno de los nombres más importantes de todos los tiempos. Einstein también nos legó un puñado de reflexiones a través de las cartas y diarios que escribió a lo largo de su existencia.

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El premio Nobel de Física entendía que para lograr la felicidad debíamos trazar un camino en busca de un objetivo, y no en la riqueza material exclusivamente, como lo expresa en otra de sus frases más conocidas:

“Si quieres una vida feliz, vincúlala a un objetivo, no a personas o a objetos”.

En esta frase también podemos leer entre líneas que Einstein se refiere a no crear una codependencia con las personas como método para la felicidad. Al final, la auténtica dicha está en haber logrado lo que cada uno persigue y valorar los sacrificios puestos en ese objetivo.

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