El flautista de Hamelín, la misteriosa historia de la desaparición de 130 niños

La leyenda cuenta que El Flautista de Hamelín encantó a más de un centenar de niños, estos salieron de la ciudad y nunca más volvieron. La historía podría ser cierta.

La calle Bungelosenstrasse, último lugar por donde pasó el flautista con los niños el 27 de junio de 1284, ha permanecido en silencio durante varios siglos en la ciudad de Hamelín en Alemania.

Hasta nuestros días, todo mundo sabe que al atravesar esa calle, nadie puede reír, ni cantar ni tocar ningún tipo de música, en memoria los desaparecidos que un día salieron y no volvieron más. El significado de su nombre es claro, la calle sin tambores.

El Flautista de Hamelín es una leyenda que inspiró el cuento de los hermanos Grimm, y con el paso de los años ha derivado en historia de hadas o en una parábola de enseñanza para quienes faltan a su palabra. Esta historia fue más real de lo que se podría creer, y lo que sucedió con los niños nunca ha sido resuelto.

El cuento narra la leyenda de un flautista que liberó un pueblo de una plaga de ratas con su música, y al no obtener la recompensa prometida, encantó a los niños con su melodía y se los llevó del pueblo; las familias nunca más los volvieron a ver.

Hallazgos de una historia que pudo ser real

Ciudad de Hamelín, en Alemania
Wikimedia Commons

Esta leyenda, producto del folclore medieval, ha envuelto la vida en Hamelín, una ciudad con una arquitectura atrapada en el tiempo. Las paredes, iglesias y manuscritos han permitido adentrarse a este misterio histórico sucedido hace 700 años.

A la entrada principal de la ciudad, yace la casa Rattenfangerhaus (casa del cazador de ratas) convertida en un restaurante. En uno de sus laterales, está inscrito uno de los testimonios más antiguos de lo ocurrido.

“En el año de 1284 en el día de Juan y Pablo, siendo el 26 de junio, por un flautista vestido con muchos colores, fueron seducidos 130 niños nacidos en Hamelín y se perdieron en el lugar del calvario, cerca de koppen (colinas)”, se puede leer en una placa color negro.

Otro de los registros históricos fue una vidriera de la iglesia de San Nicolás, creada alrededor del año 1300 d.C. Esta quedó destruida en el siglo XVII, pero en varios relatos sobrevive la descripción de la imagen: una figura del flautista con varios niños.

El manuscrito de Luneburg (1440-50), uno de los indicios más antiguos que cita la historia de los niños desaparecidos, menciona una historia muy parecida en la que niños o jóvenes desaparecieron un 26 de julio siguiendo a un flautista hasta el calvario o las colinas.

En los registros de la ciudad, también hay un texto breve que data de 1384, y lamenta lo sucedido: “Han pasado 100 años desde que se fueron nuestros hijos”.

Investigadores van tras El Flautista de Hamelín

Pied Piper-Flautista de Hamelin
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La melodiosa música no solo encantó a niños y ratones. Investigadores también han quedado prendados con el flautista, y durante años han buscado una explicación a lo sucedido.

Una de las hipótesis sugiere que los niños en realidad fueron jóvenes que emigraron a Europa del Este a causa de una recesión económica. La ubicación a la que llegaron probablemente fueron las regiones alrededor de Berlín, Alemania.

“El Flautista desempeñó el papel de un supuesto localizador o reclutador. Ellos eran los responsables de organizar las migraciones hacia el este y se decía que usaban vestimentas coloridas y tocaban un instrumento para atraer la atención de posibles colonos”, explicó a la BBC Wibke Reimer, coordinador de la exposición de la leyenda de El Flautista en el Museo Hamelín.

El lingüista alemán Jürgen Udolph respaldó esta teoría con una coincidencia entre los apellidos de los habitantes de Hamelín en ese entonces, y los que se encontraron en regiones como Uckermark y Prignitz.

“Sugiere que fueron las regiones alrededor de Berlín como la ubicación más probable, en un área que ahora es el este de Alemania”, mencionó Reimer.

Pestes y manías medievales

Estatua del Flautista de Hamelín
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Numerosas teorías han tratado de explicar qué pasó el 26 de julio de 1284 en Hamelín. Algunas sugieren que los niños fueron llevados a monasterios, otros más que fue una muerte de menores por causas naturales, o la letalidad de una peste que cobró víctimas infantiles. En todos estas, el flautista sería una personificación de la muerte.

Más que niños, las víctimas fueron jóvenes que murieron masacrados por asistir a fiestas paganas del solsticio de verano. Esta leyenda ha sido reforzada por una coincidencia en las fechas.

La manía de la danza, que se apoderó de Europa entre los siglos XIV y XVII, ha surgido como otra explicación. En una especie de histeria colectiva, la gente bailaba durante horas y días completos hasta que caían agotados. La Danza de San Vito, como también fue conocida, contagiaba a grupos de personas que bailaban hasta morir.

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