Falta de planeación y Covid-19 frenaron el Tren Maya: ASF

La inversión prevista subió 26.9% del 2019 al año pasado, a 178,984.4 millones de pesos, informó la Auditoría.

Los ajustes de trazo, estaciones o sumar doble vía electrificada en el proyecto del Tren Maya, además de la pandemia del Covid-19 y la falta de información técnica (como los proyectos ejecutivos terminados) ocasionaron que, durante el 2020, el avance de la obra fuera menor al esperado y la inversión prevista subiera el 26.9% del 2019 al año pasado, consideró la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

El costo actual del tren referido es de 178,984.4 millones de pesos. Una de las recomendaciones tras la revisión de la cuenta pública del 2020 destaca la necesidad de que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), por conducto de la Gerencia de Seguimiento de Obras, diseñe e implemente una estrategia enfocada a acelerar los trabajos de construcción en el tramo 1 (Palenque-Escárcega), tramo 2 (Escárcega-Calkiní) y tramo 3 (Calkiní-Izamal), “a fin de concluir la etapa de inversión en el tiempo previsto y evite retrasar la entrada en operación del proyecto”, en diciembre del 2023.

Sin detallar el avance general de la obra en el año mencionado, la ASF precisó que “si bien a la fecha no existe un trazo definitivo, la solución propuesta consiste en aproximadamente 1,554.0 km de vía con alrededor de 21 estaciones localizadas en grandes ciudades y poblados de la región, además de contar con señalización y sistemas de telecomunicaciones; y el material rodante que incluye 30 locomotoras y 180 carros de pasajeros, patios de encierro y talleres” y en ella se trabaja.

Pese a la contingencia sanitaria, se mencionó, la decisión de que la construcción del Tren Maya no se detuviera fue lo que evitó un mayor impacto en los trámites y liberación de los permisos en materia ambiental y arqueológica, la elaboración de proyectos ejecutivos o la liberación del derecho de vía, toda vez que se suspendieron las asambleas y reuniones con los afectados para continuar las negociaciones, y con los avances en obra.

Los proyectos ejecutivos

Durante el 2020, el Fonatur licitó la construcción de los primeros tres tramos y el cuarto se adjudicó directamente. De acuerdo con las bases de los concursos, las empresas ganadoras debieron elaborar los proyectos ejecutivos en un periodo de entre cuatro y seis meses (a la Secretaría de la Defensa Nacional, que construirá los tramos 5 norte, le dieron un plazo de ocho meses).

Sin embargo, en ningún caso estuvieron concluidos en ese periodo.

La falta de información y de recursos (técnicos y económicos) limitó el avance de los proyectos, los cuales son fundamentales porque guían, a detalle, los trabajos a construir. En este caso, debido a que en los tramos referidos ya existía vía, se optó porque se adjudicaran los contratos sin contar con esa información para avanzar en tareas de remoción de vía y preparación de terreno.

Para no generar incumplimientos con el fondo, las empresas solicitaron que se hicieran modificaciones a los contratos respectivos para tener más tiempo, sin que ello ocasionará aumento de costos. Como ejemplo, la ASF refirió que en el tramo 1 se hicieron cuatro modificaciones al contrato, dos relacionadas con el proyecto ejecutivo y al cierre del 2020, el avance fue del 67.5 por ciento.

El Economista