Héctor Zuno: Atención: ¡Es atención!

En la política mexicana muchas cosas han cambiado en poco tiempo, por lo menos en las formas de comunicar y de atraer la atención de los ciudadanos.

Hace días escuché a dos personas de círculos completamente diferentes hablar de un acontecimiento muy particular: “Samuel García cocinó un cabrito el fin de semana”. Uno es un joven de 24 años al que le interesa y está al pendiente de la política. La otra es una mujer de la tercera edad, que apenas consume redes sociales y que nunca ha estado al tanto de lo que haga ningún político. Entonces me pregunté, ¿a qué se debe que ambos platiquen de lo mismo cuando son de edades y círculos tan diferentes?

En la política mexicana muchas cosas han cambiado en poco tiempo, por lo menos en las formas de comunicar y de atraer la atención de los ciudadanos. Durante la segunda mitad del siglo XX y la primera década del siglo XXI, la comunicación del gobierno dependía únicamente de un intermediario: Televisa.

Con la facilidad de tener a su disposición un sin fin de espacios publicitarios y participaciones en noticieros o programas muy populares, el régimen priista pudo construir una narrativa para legitimar sus decisiones y acciones públicas. Algo similar fue en tiempos de sexenios panistas, aunque con mucha más moderación.

Actualmente la forma de comunicarse con los ciudadanos ha cambiado por completo.

Para empezar, ya no existe un solo medio para transmitir mensajes, existen cientos de ellos. Y más importante aún, la comunicación ya no es unidireccional, ahora es interactiva y mucho más exigente.

Ya no se trata de que el político le haga llegar un mensaje a los ciudadanos y ya, ahora los ciudadanos pueden responder a cualquier cosa que diga el político y además le pueden hacer llegar al político cualquier mensaje en cualquier momento. Sin intermediarios, filtros, ni obstrucciones.

Hasta aquí contemplamos un fenómeno trascendental que la mayoría de los políticos aún no terminan de entender. Sin embargo, el verdadero reto está mucho más allá.

La nueva era no sólo demanda que los políticos cambien su forma de comunicar, también exige que busquen nuevas formas de atraer la atención.

Antes podías llegar fácilmente a cualquier familia del país que tuviera un radio o una televisión, era una cuestión de hacer aparecer al político en el noticiero de la noche o en los comerciales de la novela favorita del momento.

Hoy tenemos a una sociedad que consume contenido a través de muchos medios distintos y dicho contenido está controlado por un algoritmo que hiper segmenta e hiper personaliza el contenido que cada persona quiere consumir.

Antes el que tenía dinero para pagar un spot podía llegar a cualquier persona, hoy quien es tendencia atrae por un momento la atención de las personas y solo el que se mantiene siendo tendencia permanece en la mente de la gente. Por eso la capacidad de atraer la atención se ha vuelto un activo valioso e inalcanzable para la mayoría de los que están en la vida pública.

En la política mexicana existen pocos casos de éxito de cómo mantener la atención mediática, los más conocidos por los neoloneses son sin duda alguna el presidente López Obrador y el Gobernador Samuel García y su esposa Mariana Rodriguez.

Sin embargo, dicha atención ciudadana no comenzó al iniciar sus administraciones, sino que la empezaron a cultivar desde mucho antes de ejercer los cargos y hoy que ocupan los puestos gubernamentales continúan operando con la misma bandera que los llevó a dicha posición: mantener la atención.

Los recientes acontecimientos con respecto al corte de cabello por una buena causa, no refleja un hecho aislado, ni un pobre intento por atraer atención, como en el caso de muchos otros políticos que intentan sin éxito colgarse de tendencias para dar un salto a la fama.

El corte de cabello es la punta del iceberg de un trabajo de posicionamiento que se viene trabajando de tiempo atrás, la atención la tienen, el dilema para ellos no es como atraerla, sino como mantenerla con atributos positivos.

La sociedad de hoy en día, es dura con quien los intenta engañar. La transparencia y la autenticidad son factores fundamentales para obtener credibilidad en redes. Se puede juzgar a quienes se cuelgan de una causa noble para obtener popularidad, pero no a quien ha mostrado empatía desde el día uno.

Asimismo, la resistencia es importante porque al exponer la vida privada al público, se está sujeto a muchas críticas. Sin embargo, ha quedado demostrado que quien logra reponerse de los escándalos (aunque sea a prueba y error) y se mantiene constante atractivo para las personas, se queda con uno de los activos políticos más deseado en la actualidad: la atención de la gente.