Son varios los desafíos que ahora les quedan por delante.
Casi tres meses después de que iniciara la gira de las corcholatas de Morena por el país, finalmente se definió, a través de encuestas, que será Claudia Sheinbaum la encargada de encabezar la defensa de la Cuarta Transformación y, por lo tanto, será la candidata del partido para las elecciones presidenciales de 2024.
Como una estrategia casi perfecta, planteada por López Obrador y los liderazgos de Morena, se definió un proceso en el que se les dio juego a todos los personajes y grupos internos del partido que quisieron competir.
Un proceso en el que pudieran caber los egos de todos y evitará hasta cierto punto que hubiera una división.
Y a reserva de lo que pronuncie Marcelo Ebrard el día que se publique esta columna, se puede percibir que el saldo no será negativo para el partido y que, aunque se planteará una fractura de su parte, ésta no sería realmente dañina, pues los demás liderazgos están alineados.
El Financiero