Ingenuidad

Con sorpresa, un conocido me dijo un día que cómo le harían los de la delincuencia organizada para siempre traer camionetas del año en sus impunes despliegues… como si los malandros fueran a hacer fila a las agencias automotrices y a esperar su lugar en la compra de esos vehículos, con enganche de por medio ¡claro!

No lo quise sacar de su error de apreciación…

Ayer, en un grupo de Whatasapp un político nuevoleonés, de los más preclaros y acertados que he conocido, compartió un corto video en el cual supuestos delincuentes tiran, como si de basura se tratara, un cargamento de aguacate. 

La acción de los malandros obedeció, seguramente, a que el dueño legítimo de la carga no les pagó la cuota que ellos exigen por cada aguacate que se cosecha y se exporta en México.

Y la grabación del video es para que sirva de escarmiento a aquellos agricultores que se quieran salir de la raya.

Por acciones como esta es que no comprendo a los que defienden a la autoproclamada Cuarta Transformación.

Los delincuentes nos tienen el pie el cuello a todos los mexicanos y esto, señoras y señores, no es más que producto de una errónea ¿política? que no enfrenta sino que consecuente a los malandros de todos tamaños, colores y sabores.

Ah, porque no solo es Michoacán donde se dan esos aguacates y donde mandan los delincuentes. 

Territorios delincuenciales o sea, donde mandan los bandidos, y los gobiernos obedecen, son los 32 estados de la unión mexicana.

México hace mucho que ya no es de nosotros.