La guerra en Ucrania podría costar un punto del crecimiento mundial a lo largo de un año si sus efectos sobre los mercados de la energía y financieros perduran, advirtió este jueves la OCDE.
La guerra en Ucrania podría costar un punto del crecimiento mundial a lo largo de un año si sus efectos sobre los mercados de la energía y financieros perduran, advirtió este jueves la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
La organización internacional calcula en un informe esta pérdida a partir del inicio de la ofensiva lanzada por Rusia en Ucrania el 24 de febrero, que podría sumar además 2.5 puntos a la inflación mundial y generar «una profunda recesión en Rusia».
Fuera de Rusia y Ucrania, las consecuencias se sentirían principalmente en Europa, un continente dependiente del suministro de materias primas, alimentos y energía de ambos países. El conflicto podría restarle 1.4 puntos de crecimiento a la Eurozona.
Los países «que tienen una frontera común con Rusia o Ucrania» son los que más van a sentir el impacto, al tiempo que acogen la mayoría de refugiados procedentes de Ucrania», según la organización con sede en París, que cuenta con 38 países miembros.
Los gobiernos podrían mitigar el impacto en la economía con un «apoyo fiscal específico», evitando alimentar demasiado la subida de precios. La inflación ya se encuentra en niveles elevados en todo el mundo, impulsada sobre todo por la energía.
La Reserva Federal de Estados Unidos subió el miércoles sus tasas de interés de referencia en un cuarto de punto porcentual a 0.25-0.50%, en su primer aumento desde 2018, para hacer frente a una inflación en máximos en 40 años.
La organización advierte además del riesgo de un «fuerte aumento de la pobreza y el hambre», sobre todo en las economías en desarrollo si se corta por completo el suministro de trigo de Rusia y Ucrania.
Los países beligerantes representan el 30% de las exportaciones mundiales de trigo, 20% de maíz, fertilizantes minerales y gas natural, y 11% de petróleo, estima la OCDE.
El Economista