La historia detrás del Día de Muertos: orígenes y significado

El viaje hacia el Mictlán dura cuatro años. Las ofrendas son vitales para el difunto, pues son los recursos que toma para llegar al descanso eterno

El Día de Muertos es una de las tradiciones más emblemáticas de México, sin embargo, esta es una costumbre que traspasó de generación en generación.

Las civilizaciones mesoamericanas realizaban ceremonias para honrar a sus difuntos. Creían que la muerte era una etapa más del ciclo de la vida, donde viajaban a «El Mictlán «para continuar su camino.

De acuerdo con la mitología prehispánica, «El Mictlán» es considerado como el inframundo y su nombre proviene del nahuatl, que significa «el lugar de los muertos».

Según las creencias, este viaje durante alrededor de cuatro años, debido a que es el tiempo en que el cuerpo tarda en descomponerse. Tendrá que pasar al menos nueve regiones, donde se cuenta con un desafío para el alma.

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En este caso, la función de las ofrendas son para ayudar al difunto a superar los obstáculos del Mictlán.

Al llegar al final del recorrido, se dice que se encuentran Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, «El Señor y La Señora de los Muertos», quienes le darán al difunto el descanso eterno.

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Mientras que en la religió católica, se lleva a cabo esta costumbre como una forma de recordar a los difuntos a lo largo de dos días. 

El primero de noviembre es destinado para Todos los Santos, en especial para todos aquellos niños que fallecieron a temprana edad.

Mientras que el día dos de noembre, es para los Fieles Difuntos, que fue introducida por los colonizadores.

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Más allá de su colorido y de las calaveras de azúcar, el Día de Muertos representa la memoria, el amor y la continuidad: una manera única de reafirmar que nadie muere mientras se le recuerda.

El Horizonte