La trágica historia de amor que inspiró el cuento de ‘La Sirenita’

Esta es la triste historia real que inspiró ‘La Sirenita’, el famoso cuento infantil de Hans Christian Andersen que Disney modificó en el cine.

15 de noviembre de 1989. Después de dos décadas desafortunadas, el estudio animado The Walt Disney Pictures se reencontró con el éxito con ‘La Sirenita’, una colorida adaptación musical del cuento clásico de Hans Christian Andersen que se convirtió automáticamente en un favorito de las audiencias. Sin embargo, lo que pocos espectadores que llenaron las salas sabían es que la casa de Mickey Mouse no hizo una adaptación completamente fiel a la obra de Andersen, sino que solo retomó ciertos aspectos de la trama original, dejando de lado algunos de sus pasajes más oscuros. De hecho, la película protagonizada por la sirena «Ariel» está lejos de parecerse a lo que el escritor danés plasmó en papel en 1837. Aquí la triste historia real de ‘La Sirenita’ y el romance prohibido que pudo haberla inspirado.

¿De qué trata la historia de ‘La Sirenita’?

Publicada como parte de la colección ‘Cuentos nuevos’ del ya establecido Hans Christian Andersen, ‘La Sirenita’ plantea la historia de una sirena a la que, al cumplir 15 años, se le permite abandonar el reino del mar y visitar la superficie. Allí, la joven nereida salva la vida de un apuesto príncipe del que queda completamente enamorada.

Tras su encuentro, la sirena –sin nombre en el cuento– decide investigar más sobre la criatura de la que quedó prendada. Así es como descubre que los humanos tienen un alma que continúa existiendo aún después de su muerte, contrario a las sirenas que se convierten en espuma del mar al terminar su tiempo de vida. Convencida de que necesita de un alma para poder estar junto a su nuevo amado, la princesa marina busca a la Bruja del Mar y le pide ayuda. Esta, a su conveniencia, le ofrece un trato atractivo: darle un par de piernas a cambio de su voz, la más hermosa del mundo.

La Sirenita, la trágica historia de amor que inspiró el famoso cuento infantil
Harry Clarke, vía Wikimedia Commons

Desafortunadamente, el pacto de la bruja tiene una trampa, pues la sirena sentirá un dolor insospechado a cada paso que dé. Tampoco podrá hablar, pues le han cortado la lengua. Y solo podrá tener un alma si el príncipe se casa con ella; de lo contrario se le romperá el corazón y se convertirá en espuma del mar. Con todo eso en mente, la ninfa regresa a la tierra e intenta conquistar al príncipe. Gracias a su belleza y gracia, la joven de las piernas hermosas logra atrapar a su amado. Sin embargo, su matrimonio con una princesa ya ha sido pactado.

Una promesa que se mantiene

Como se acostumbraba en los reinos, la vida del joven monarca –enamorado de la sirena desde que fue sido rescatado por ella meses atrás– había sido prometida a la hija de un rey vecino. Sin saber que la mujer de su vida estaba frente a él, el príncipe se casa con la princesa. Desolada, la sirenita regresa a las profundidades del mar a esperar la muerte al día siguiente. Esperando a una solución que salve a su indefensa familiar, las hermanas de la sirena acuden a la Bruja del Mar. Esta les da un puñal a cambio de sus hermosas cabelleras. Con esa arma, la princesa del mar deberá asesinar al príncipe y dejar correr la sangre bajo sus pies. Si lo hace, su sufrimiento terminará, evitará convertirse en espuma y volverá a ser una sirena.

Con la daga en las manos, la sirenita ve dormir a los recién casados. Antes de cometer cualquier crimen, la joven descubre que aún ama al hombre y que su vida no debe terminar así. Tras soltar el puñal, la sirena se lanza al mar y se convierte en espuma; todo frente a los ojos de un príncipe que descubre que acaba de perder a la mujer que en realidad amaba. Por suerte, las acciones de la joven desafortunada son pagadas por el Sol, que la convierte en un espíritu del aire con la promesa de darle un alma inmortal si cumple 300 años de buenas acciones.

La trágica historia de amor real que inspiró ‘La Sirenita’

La imposibilidad de estar con el ser amado es un sentimiento que Hans Christian Andersen compartió con muchos de los personajes que creó a lo largo de su productiva carrera. Esto se debe a la mala suerte que el escritor tuvo en el amor durante su vida tanto con mujeres –como la soprano Jenny Lind a la que escribió el cuento ‘El ruiseñor’– como con hombres. De hecho, cartas recuperadas por el autor Rictor Norton en el libro ‘My Dear Boy: Gay Love Through the Centuries’ pintan una aventura amorosa real que el autor tuvo con un amigo de la adolescencia que podrían haber inspirado la historia de ‘La Sirenita’.

Según se relata, Andersen se enamoró de Edvard Collin mientras ambos estudiaban en la escuela. Aunque no se puede decir que no era del todo correspondido, el danés vivió gran parte de este romance en secreto. “Languidezco por ti… mis sentimientos por ti son como los de una mujer. La feminidad de mi naturaleza y nuestra amistad debe permanecer en secreto”, escribió en el mismo tiempo que ideó la historia de ‘La Sirenita’.

La Sirenita, la trágica historia de amor que inspiró el famoso cuento infantil
Hans Christian Andersen y un amigo / Getty Images

Para los estudiosos de la vida y obra de Hans, muchas de las características que poseía el ser mitológico de su cuento coincidían con las suyas. Lo mismo sucedía con el príncipe, que incluso llegaba a casarse con otra mujer a pesar de estar enamorado de alguien más. De acuerdo con registros, Andersen escapó a la isla de Fyn cuando Collin se casó con su esposa, con quien ambos tenían una buena amistad. Si bien esto rompió por completo con la cercanía que el escritor tenía con su amado, las cartas que se enviaron a lo largo de los años pintaba otra historia. Una historia donde Andersen confesaba que una parte de su alma siempre estará con su “querido amigo”.

Las diferencias entre ‘La Sirenita’ de Hans Christian Andersen y la película de Disney

Como se había hecho una costumbre real al interior de Disney, los creativos a cargo de la película de ‘La Sirenita’ cortaron muchos momentos importantes –y un tanto tétricos– del cuento de Hans Christian Andersen al momento de adaptar su historia.

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Por ejemplo, en la película la Bruja del Mar –nombrada «Úrsula»– no hace las cosas tan complicadas a la sirena. Puede que convertirse en una guapa mujer que seduce y embruja al príncipe no es del todo inofensivo, pero no es lo mismo que provocar un enorme dolor al estrenar sus pies, engañar a casi toda la realeza marina y condenar al personaje protagónico a la desilusión amorosa. Por cierto, «Ariel» –nombre inventado por Disney– tampoco es obligada a asesinar a su amado.

Curiosamente, el filme de Disney tiene un final tan extraño que termina siendo ordinario. Allí no hay espuma del mar como pena de la decepción, tampoco promesas de almas después de años de buenas acciones. En la cinta hay una subrtrama donde «Tritón», el rey del mar, muestra su amor a su hija cediendo el reino del mar a «Úrsula» que encamina la historia hacia el final, donde el príncipe «Eric» rompe el domino de la bruja y se casa con la sirena, viviendo felices para siempre. Sí, el clásico cuento de hadas al que acostumbró el estudio a sus audiencias por años.

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