Las extravagancias de Carlos III no se quedan solo en un berrinche por una pluma, sino que, además, llega a cambiarse de ropa cinco veces al día o a exigir que le planchen los cordones de los zapatos
Las extravagancias de Carlos III no se quedan solo en un berrinche por una pluma, sino que, adems, llega a cambiarse de ropa cinco veces al da o a exigir que le planchen los cordones de los zapatos
“El diablo est en los detalles”, como dice el famoso dicho, y dos gestos aparentemente insignificantes del rey Carlos III han provocado ros de tinta (nunca mejor dicho) sobre los rasgos que definen su carcter: la impaciencia, la petulancia, la obstiencia.
El nuevo Rey de Inglaterra, Carlos III, tiene una extensa rutina diaria que había sido revelada por un exmayordomo de la realeza. El hasta hace días Príncipe de Gales mantenía solicitudes inusuales cada día en su condición de heredero del trono.
Sus “extrañas manías” fueron conocidas a través de Serving the Royals: Inside the Firm, un documental de Amazon, tras las declaraciones que realizó el amigo y exmayordomo de la princesa Diana, Paul Burrell, quien trabajó de cerca con la familia en la década de 1990.
Si bien no es ningún secreto que la familia real tiene un equipo de chefs, sirvientes y personal de limpieza a su disposición, algunos de los pedidos y especificaciones del actual Rey sorprendieron a los fanáticos de la realeza.
Carlos III, al igual que otros miembros ya contaba con personal para sus deberes diarios desde antes de ser coronado.
LAS MANÍAS DEL REY CARLOS III: QUÉ REVELÓ EL MAYORDOMO DE DIANA
La rutina y hábitos del rey Carlos III fue revelada una vez por el amigo y exmayordomo de la princesa Diana, Paul Burrell, quien trabajó de cerca con la familia en la década de 1990. Esto se conoció través del documental Serving the Royals: Inside the Firm.
En ese momento, Burrel sorprendió con las “manías” del entonces príncipe Carlos: “Su pijama se plancha todas las mañanas, los cordones de sus zapatos se alisan con una plancha, el tapón del baño debe estar en cierta posición y la temperatura del agua debe ser tibia y la bañera medio llena”.
Además, parece que a Carlos, que dividía su tiempo entre Clarence House y Highgrove, le gusta que su personal le prepare incluso el cepillo de dientes.
“Hace que sus ayudantes de cámara pongan una pulgada de pasta de dientes en su cepillo de dientes todas las mañanas”, explicó Burrell.
A su vez, los deberes de los ayudantes pueden incluir cocinar sus comidas, tender su cama y asegurarse de que esté en el lugar correcto en el momento correcto para los compromisos reales.
Paul también recordó una situación en específico con el entonces príncipe. En ese momento Carlos le pidió que sacara una carta de la papelera para él. “En una ocasión me llamó desde su biblioteca y me dijo: ‘Oh, Paul, una carta de la Reina parece haber caído en mi papelera, ¿la recogerías?’ Tuve que agacharme en la papelera y sacar la carta y volver a ponerla en su escritorio” apuntó.
El exmayordomo le preguntó a Charles: “¿Eso sería todo Su Alteza?”. El Príncipe Carlos respondió: “Sí, muchas gracias”.
Por último, Paul contó que -a la hora de bañarse- Carlos pedía que el tapón del baño debía mirar en una dirección específica, su toalla de baño estar arreglada a su gusto y su ropa interior en un mismo lugar.
En el mismo documental, el chef real del rey Carlos III, Darren McGrady, también compartió cómo es su desayuno: “La instrucción era colocar dos ciruelas y un poco de jugo en el tazón y enviárselo para el desayuno. Le mandaba dos ciruelas y él dejaba una para que volviera a mis manos y yo la regresara al frasco. Una mañana pensé en ponerle solo una. La envié al comedor, me mandó a llamar y me preguntó: ‘¿Tienes dos, por favor?’. Así que tuve que seguir enviándole dos cada mañana y me devolvía una”, explicó.
Por otra parte, el biógrafo real Anthony Holden también explicó los hábitos de Carlos III en el documental The Madness of Prince Charles: “Charles, a pesar de todos sus intentos de descubrir cómo vive la otra mitad y el interés en los menos afortunados de la sociedad, tiene dos hombres, pagados por el Estado, para ayudarlo a vestirse por la mañana”, según revelaron los medios británicos.
El Mundo