El producto interno bruto mundial probablemente aumentará un 4.1% este año, menos del 4.3% previsto en junio, informó este martes la organización.
Los brotes de COVID-19, una disminución de las políticas de apoyo y los cuellos de botella persistentes en la cadena de suministro harán que la recuperación económica mundial se enfríe en 2022 más de lo estimado previamente, después de que la expansión del año pasado registró el ritmo más rápido posterior a una recesión en ocho décadas, dijo el Banco Mundial.
El producto interno bruto mundial probablemente aumentará un 4.1 por ciento este año, menos del 4.3 por ciento previsto en junio, dijo este martes la organización de desarrollo con sede en Washington en su informe Perspectivas económicas mundiales.
Para 2023, se espera que la producción anual se mantenga por debajo de la tendencia anterior a la pandemia en todas las regiones con economías de mercados emergentes y en desarrollo, mientras que se estima que en las economías avanzadas la brecha se cerrará, dijo.
Desaceleración grave
“Hay una desaceleración grave en curso”, dijo Ayhan Kose, economista jefe del Grupo de Perspectivas de la institución, en una entrevista. La economía global “está básicamente en dos rutas de vuelo diferentes: las economías avanzadas están volando alto; las economías de mercados emergentes y en desarrollo están volando bajo y están rezagadas”.
El panorama mundial se ve empañado por lo que el presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass, denomina “incertidumbre excepcional”. Los riesgos a la baja incluyen nuevos brotes de COVID-19, la posibilidad de expectativas de inflación desancladas y estrés financiero en un contexto de niveles de deuda récord, dijo el banco. En los mercados emergentes con un margen político limitado para brindar apoyo, los riesgos aumentan las posibilidades de un aterrizaje forzoso para sus economías, dijo.
Hablando con los periodistas, Malpass subrayó la importancia del alivio de la deuda para los países en desarrollo a través del Marco Común establecido por el Grupo de las 20 economías más grandes, incluida la plena participación de China.
Aterrizaje forzoso para naciones pobres
Malpass dijo que es “cautelosamente optimista” de que la iniciativa se encuentra en un punto de inflexión que verá reestructuraciones más útiles. El marco se ha visto afectado por retrasos y falta de interés de los países deudores desde que comenzó en noviembre de 2020.
Los países más pobres, aquellos elegibles para asistencia de la Asociación Internacional de Fomento del Banco Mundial, deben alrededor de 35 mil millones de dólares en servicio de deuda este año a acreedores oficiales bilaterales y privados, y más del 40 por ciento lo adeudan a China, dijo Malpass. Hacer esos pagos dejaría a los países con menos recursos para enfrentar desafíos que incluyen la pandemia, la escasez de alimentos y la desnutrición, explicó.
En las economías avanzadas, las altas tasas de vacunación y un apoyo fiscal considerable han ayudado a amortiguar algunos de los impactos económicos adversos de la pandemia. Por el contrario, el ritmo de recuperación de las naciones emergentes se ha visto frenado aún más por la disminución de políticas de apoyo y el endurecimiento de las condiciones financieras.
¿Y América Latina?
Impulsada sobre todo por una fuerte demanda en las exportaciones a Estados Unidos y China y una mejora de la pandemia de COVID-19 en la segunda parte del año, la economía de América Latina y el Caribe repuntó en 2021, pero volverá a caer en los próximos dos años, explicó el Banco Mundial.
El crecimiento económico regional de 2021 fue de 6.7 por ciento, y se prevé que disminuya a un 2.6 por ciento en 2022 y un 2.7 por ciento en 2023, de acuerdo con las previsiones del Banco Mundial incluidas en su informe más reciente de Perspectivas Económicas Globales, que tiene un capítulo específico sobre América Latina.
“La durabilidad de la recuperación económica en América Latina y el Caribe, como en otros lugares, depende de que se controle la pandemia”, expresó el banco en su reporte. “Los brotes de COVID-19, incluidos los ocasionados por nuevas variantes del virus, siguen constituyendo un riesgo a la baja incluso en países con altas tasas de vacunación”, señaló.
El Financiero