Metales pesados y PM2.5: la doble amenaza que se respira en Monterrey

A pesar de los programas oficiales, compromisos públicos y metas, los niveles de partículas finas PM2.5 en la Zona Metropolitana de Monterrey (ZMM) siguen lejos (muy lejos) de cualquier estándar aceptable.

San Nicolás.- En Monterrey, el contaminante más peligroso para la salud no sólo no baja: aumenta.

A pesar de los programas oficiales, compromisos públicos y metas, los niveles de partículas finas PM2.5 en la Zona Metropolitana de Monterrey (ZMM) siguen lejos (muy lejos) de cualquier estándar aceptable.

Y mientras las industrias aportan la mayor parte de estas emisiones, como dicen los informes oficiales, un nuevo hallazgo suma preocupación: emisiones de metales pesados en el aire regiomontano sin que existan estudios que expliquen cuánto respiramos ni los riesgos de salud que implican.

A pesar de los planes estatales y de los compromisos públicos para reducir la contaminación en la ZMM, las concentraciones de partículas finas PM2.5 no sólo no han disminuido: han aumentado.

El propio Plan Integral para la Gestión Estratégica de la Calidad del Aire (PIGECA), presentado por el Gobierno del estado con el auspicio del Clean Air Institute en enero de 2024, establecía llevar los PM2.5 a 10 microgramos por metro cúbico (µg/m³) para el 2033, es decir, reducir a la mitad los niveles actuales.

Pero la realidad va en sentido contrario. En 2023, el promedio anual de PM2.5 en la metrópoli fue de 20 µg/m³.

Un año después subió a 20.2, y según los cálculos del Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire (OCCAMM), para 2024 llegó ya a 21 µg/m³.

La NOM mexicana fija un límite anual de 10 µg/m³; por lo que Monterrey está al doble, pero la OMS recomienda sólo 5 µg/m³, es decir, una cuarta parte apenas de los niveles actuales.

Metales pesados, un peligro

A este panorama se sumó recientemente una investigación publicada por The Guardian y Quinto Elemento Lab sobre emisiones de metales pesados en la ZMM, como plomo, arsénico, cadmio y cromo.

El reporte periodístico revela que, entre las empresas con más emisiones de este tipo, destaca la acerera Ternium, con dos plantas en San Nicolás y otra en Apodaca.

Se buscó a su vocero, Luis Pérez, para solicitar información o una entrevista, pero hasta el momento no ha brindado respuesta.

Estos metales pesados producen efectos severos y acumulativos en el organismo humano. Sin embargo, aunque existen reportes de volúmenes emitidos, no hay estudios completos ni públicos que indiquen cuánto de esos metales termina en las partículas suspendidas que los regios respiran todos los días.

ABC Noticias