El largo encabezado de esta entrega, por demás, pinta y bien feo, la realidad que nos tocó vivir a usted y a mí como ciudadanos de esta vapuleada república y no es poca cosa o asunto para guardar en el cajón, no.
Primero que nada, el militarismo feroz y rampante disfrazado de “Guardia Nacional” (cuyo mando ahora por ley contradictoriamente reside en la Secretaría de la Defensa) muestra uñas y dientes a los pocos cuerdos que entendemos que los soldados fueron hechos para otra cosa, no para vigilar la vida civil.
La nota me la mandaron de Nuevo Laredo ayer a media tarde y me dejó sin aliento. Elementos de la Guardia Nacional abrieron fuego contra una camioneta en la que viajaba una familia, nada más porque ya amaneció y dejaron gravemente lesionadas a cinco personas, entre las que figuran una jovencita embarazada, cuyo bebé fue reportado muerto más tarde, su primo, un niño de 11 años de edad y una persona de la tercera edad.
¿Ya dije que esto ocurrió en Nuevo Laredo? Sí, lo que no dije fue que el gobernador Américo Villarreal Anaya, como para taparle el ojo al macho, sostuvo una reunión ¡con mandos militares! en esa frontera el sábado, y al salir nada más le faltó decir que la luna era de queso y el Río Bravo lleva corrientes de aguamiel.
Pero ya sabe usted que va a pasar con los militares que seguramente “se equivocaron” con la familia ametrallada: nada. No va a pasarles nada, legalmente hablando, porque la milicia en este país está por encima, muy por encima de la ley civil.
Ahora que de las autoridades estatales tamaulipecas no hay mucho que esperar, como ya dije, ya ve usted que la diputada Magaly Deándar, priista de toda la vida hasta que llegó López Obrador, se mandó tatuar la frase “Me canso ganso” para quedar bien, ya sabe usted con quien.
En segundo lugar, la Fiscalía de Nuevo León no puede demostrar que es más inepta, porque Pedro Arce Jardón no se levanta más temprano y si no, ahí tienen el caso de Bionce Jazmín Amaya Cortez, la mexicoamericana cuyo cadáver fue localizado el viernes en un rancho del Municipio de General Bravo tras varios días de búsqueda.
Lo que más extraña es que en este asunto las autoridades bajo el mando del Fiscal interino se tardaran unos pocos días, y en cambio no han podido resolver la desaparición de tres mujeres más en China a finales de febrero pasado.
Y ni modo de decir que en el caso de Bionce hubo presión del Consulado de Estados Unidos, que sí la hubo, porque en el caso de las tres mujeres, al menos dos de ellas son ciudadanas de la nación del norte y las circunstancias son muy parecidas, pero no los resultados.
Pedro Arce Jardón tiene la papa caliente en las manos, y parece que no le interesa o que a lo mejor trae guantes.
Y tercero y no menos grave, sería bueno que si queremos tener diputados jóvenes, al menos se les den unas clases de derecho básico, que incluya reglamentos de policía y buen gobierno municipales, para que no se den los casos de ignorancia como la del diputado Eduardo Leal Buenfil, panista él, quien no rebuzna, nada más porque no da el tono.
Eso sí, como quiere quedar bien con la racilla “milenial” y metido en el síndrome de Peter Pan, por aquello de que es un niño que no quiere crecer, en su última puntada se mandó hacer una foto sentado en una banqueta, es decir, en vía pública, tomándose una cerveza “cahuama”. Eso sí, Tecate Light, porque la otra le raspa la garganta.
Lalo no sabe que por mucho fuero mucho fuero que lo proteja, existen los reglamentos de policía y buen gobierno, y, que en casi todos los municipios de Nuevo León prohíben ingerir bebidas alcohólicas en la calle… como malandro.
Esto además del ejemplo ejemplar que les deja a los chavos y chavas que lo siguen.