“Luis Donaldo no tiene voz ni pantalones para gritar en su colonia, menos para hacerse escuchar en la ciudad que intenta gobernar, porque le falta lo que al carrizo… corazón”
Chava Portillo
Al pintar de cuerpo completo al imberbe alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas, el analista Chava Portillo se pregunta en un artículo “¿Dónde estás niño maravilla?”, y pues, me veo en la obligación de contestarle:
Luis Donaldo, cuando no está en alguna sobremesa de alguno de los antros, restaurantes o bares caros que frecuenta, se refugia en su penthouse de Valle Poniente, en el municipio de Santa Catarina, a la sombra de la Huasteca, donde el aire es acondicionado y el agua sobra.
En el artículo “¿Dónde estás niño maravilla?” el periodista recuerda una escena en la que un guarura regañó al ahora alcalde cuando era diputado en pleno Congreso, para que vea usted de qué madera está hecho el joven que ahora pretende repetir el tiro y ¡buenas..! Llegar a la presidencia de México.
¿O a qué conflicto le ha salido al frente Luis Donaldo? El no sabe de la falta de agua, porque en las propiedades donde duerme no falta…
El colapso de vialidad que vivimos los regios tampoco le afecta, porque se traslada en blindada y con escoltas…
Y pues, de inseguridad menos, por las mismas razones anteriores.
En textos pasados dije que si a Ana Lucía Riojas Martínez, la secretaria del Ayuntamiento del municipio de Monterrey la dejaran sola en Juárez y Juan Ignacio Ramón no volveríamos a saber de ella.
Hoy le apuesto a usted que al “niño corazón de carrizo” que tenemos por alcalde le pasaría lo mismo si lo sometemos a esta situación.
Colosio no conoce la Sultana de el Norte y no le interesa, porque lo suyo es la comodidad acomodaticia y los sueños de opio.
¿Se imagina la clase de tirano en la que se puede convertir si acaso lograra ser presidente?
Si de alcalde no chambea… Podríamos estar viendo un dictadorzuelo con arranques bananeros en potencia y en gestación.
Entonces sí, como dijo el otro, que el Dios de quien sabe quién nos agarre confesados.