Olvídate del ‘nosotros’: WeWork está bajo el mando de un solo hombre

Para una organización dedicada a la comunidad, WeWork ha entregado una impresionante cantidad de control y efectivo a una sola persona.

El día de ayer, con la presentación de la empresa del formulario S-1 (para salir a bolsa), muestra que el presidente ejecutivo (CEO), Adam Neumann tendrá al menos el 50% de los derechos de voto de los accionistas después de que la empresa de oficinas compartidas complete una oferta pública a finales de este año. La presentación explica la decisión, diciendo: “Adam es un líder único que ha demostrado que puede usar simultáneamente los sombreros de visionario, operador e innovador, mientras prospera como creador de comunidad y cultura”.

Forbes estimó (recientemente) que la participación de Neumann tenía un valor de 4,100 millones de dólares (mdd) y las presentaciones enumeran al fundador como el beneficiario efectivo de más de 100 millones de acciones. Sin embargo, su poder real proviene de los derechos de supervotación 20 a 1, otorgados al CEO por otros ejecutivos e inversionistas.

Los cambios le darán a Neumann, de 40 años, la capacidad de dictar el resultado de cualquier voto ante los accionistas, como quién se sienta en la junta (actualmente todos hombres). En resumen: completo control.

No es un acuerdo poco común para las empresas de tecnología con fundadores que permanecen activos, incluso en Facebook y Amazon. El problema no es que todos crean que WeWork es una compañía tecnológica, aunque sea categorizada como tal debido a su meteórica tasa de crecimiento.

La tendencia ya concierne a algunos expertos en gobierno corporativo, y es aún más preocupante en WeWork, que también tiene una cantidad inusualmente grande de transacciones con partes relacionadas que involucran a Neumann y su esposa Rebekah (cofundadora y CEO de su escuela WeGrow).

“Por lo general, una transacción entre partes relacionadas se realiza para darle una ventaja a alguien”, dice Drew Bernstein, socio de la firma de contadores públicos, Marcum Bernstein & Pinchuk. “Lo que evita la aparición de un conflicto de intereses es no tener la transacción en primer lugar”.

FUENTE: forbes