AMLO publicó en sus redes que vio parte del partido, donde comentó: «parecía práctica de bateo o un Home Run Derby. Once macanazos. Aquí vuela mucho la bola, pero los pitchers de ahora son tira piedra, usan poco la moña. De todas formas fue un gran espectáculo”.
CIUDAD DE MÉXICO .- La altura de la Ciudad de México provocó una feria de batazos en el primer juego de Grandes Ligas disputado en esta capital, encuentro en el que los Padres de San Diego se impusieron 16-11 a los Gigantes de San Francisco.
El carreraje echó por la borda el promedio menor a tres horas que en la presente temporada han durado los juegos debido a la implementación de cronómetros en los estadios que apuran a los pitchers entre cada lanzamiento.
Este sábado, el partido en el estadio Alfredo Harp Helú, que se encuentra a 2,232 metros de altitud sobre el nivel del mar, se extendió hasta 3.44 horas. En las Grandes Ligas (MLB) el estadio a mayor altura es el Coors Field de los Rockies de Colorado se encuentra a 1,565 metros. En México, además del Harp, otros cuatro parques de pelota superan esa altitud.
Ambas novenas se combinaron para conectar 11 jonrones, dos menos que el récord de la (MLB) que en 2019 impusieron los Diamondbacks de Arizona y los Filis de Filadelfia. Diez jugadores diferentes se volaron la barda, en tanto que Manny Machado fue el único que mandó en dos ocasiones a dormir la pelota.
Este día fue uno de los más esperados por los aficionados de la Ciudad de México quienes tuvieron que esperar tres años para por fin presenciar un juego de la MLB. En 2020 debió haberse disputado, sin embargo, la pandemia del coronavirus se interpuso.
Las puertas del estadio abrieron desde la 1 de la tarde, tres horas antes de que se cantara el playball, para que los fanáticos que pagaron más de 4 mil pesos por los boletos, pudieran presenciar la práctica de bateo de los Padres, que jugaron como locales, y de los Gigantes.
La fiesta de jonrones la comenzó San Francisco con Brandon Crawford y LaMonte Wade Jr. en la tercera entrada para acercarse en la pizarra a los Padres 2-3. Después, por San Diego, apareció Nelson Cruz en la parte baja de ese episodio.
En la parte alta de la cuarta, Mitch Haniger también macaneó llevándose por delante a Michael Conforto y empató los cartones 5-5.
En la baja de ese capítulo, el dominicano Juan Soto la mandó a dormir. Por los Padres, Xander Bogarts acercó a los suyos 8-7 con cuadrangular solitario.
En la quinta llegó el batazo largo del también dominicano Fernando Tatis Jr. para empujar otras dos carreras y detrás de él Manny Machado pegó otro solitario para el 8-10.
En el séptimo episodio los Gigantes reaccionaron con Blake Sabol quien se llevó por delante a Haniger para empatar el juego 10-10, y David Villar los puso en ventaja con otro batazo de cuatro esquinas.
Pero la última palabra de los cañonazos la tuvo San Diego. Manny Machado, otra vez, se voló la barda en la baja de la séptima y remolcó a Tatis Jr. para mover los cartones 11-12.
Lo Padres fabricaron un rally de cuatro carreras en la baja de la octava.
Aunque no asistió al juego, el propio presidente Andrés Manuel López Obrador se pronunció a través de sus redes sociales sobre la cantidad de jonrones que se conectaron.
“Vi parte del juego de Gigantes de San Francisco contra Padres de San Diego en la Ciudad de México. Parecía práctica de bateo o un Home Run Derby. Once macanazos. Aquí vuela mucho la bola, pero los pitchers de ahora son tira piedra, usan poco la moña. De todas formas fue un gran espectáculo”, publicó el mandatario.
Mientras que sus hijos, Gonzalo y Andrés, estuvieron presentes en el juego desde uno de los palcos del estadio.
Este domingo se realizará el segundo juego de la serie a partir de las 13 horas con los zurdos Alex Cobb, de los Gigantes, y el japonés Yu Darvish por los Padres, anunciados como abridores.
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