¿Qué ver en julio en el cielo mexicano?

Las protagonistas de este mes son dos lluvias de meteoros, las Piscis Austrínidas y las Delta Acuáridas sur, pero también podremos disfrutar de Venus brillando en todo su esplendor y de la Luna.

Las Piscis Austrínidas son una lluvia de meteoros cuyo precursor es desconocido hasta el momento. Su actividad, que inicia el 15 de julio y durará hasta el 10 de agosto, será máxima el 29 de julio. Se trata de una lluvia de meteoros muy modesta, con una tasa máxima de alrededor de 5 meteoros por hora. El radiante se encuentra en dirección a la constelación de Pez Austral.

Casi en las mismas fechas podremos disfrutar de las Delta Acuáridas del Sur. Desde el 12 de julio y hasta el 23 de agosto podrás ver algunos meteoros en el cielo, el mejor día para observarlos será el 30 de julio, al amanecer. La tasa máxima observable es más alta que la de las Piscis Austrínidas, 25 meteoros por hora. El radiante está en la dirección de la constelación de Acuario y el cometa origen es 96P/Machholz. 

Una lluvia de meteoros desde el desierto de Kuqi en China, 2020. Crédito: iStock.
Una lluvia de meteoros desde el desierto de Kuqi en China, 2020. Crédito: iStock.WENBIN

A las lluvias de meteoros también se las conoce como lluvias de estrellas pero este término nos puede crear confusión porque no son estrellas lo que vemos moverse en el cielo sino restos de un cometa, partículas de polvo muy pequeñas, miden desde un milímetro hasta algunos centímetros.

La Tierra, y todos los planetas, en su movimiento alrededor del Sol pasan periódicamente por regiones en las que hay algún cometa perdiendo material como consecuencia de la radiación que le llega de nuestra estrella. Estas partículas rocosas atraviesan la atmósfera terrestre y desde aquí las vemos como “estrellas fugaces”. La mayoría de ellas no sobreviven y, por tanto, no llegan a la superficie terrestre.

En Mercurio hay lluvias de meteoros, como la que se origina cuando el planeta atraviesa la órbita del cometa Encke.
En Mercurio hay lluvias de meteoros, como la que se origina cuando el planeta atraviesa la órbita del cometa Encke.Crédito: NASA/Goddard

Hay algunos parámetros acerca de una lluvia de meteoros que es útil conocer, dos de ellos son la tasa horaria zenital y el radiante. La tasa horaria zenital o THZ es el número máximo de meteoros que deberíamos ver cada hora si estuviéramos justo debajo del radiante y las condiciones del cielo fueran perfectas. Si nos fijamos atentamente en el cielo durante una lluvia de meteoros, veríamos que hay un punto del que parecen venir todos los meteoros, ese punto es el radiante.   

¿Qué más podemos ver en el cielo de julio?

Además de estas dos lluvias de meteoros, como cada mes, podremos disfrutar de las cuatro fases lunares: la luna llena, el 3 de julio; el cuarto menguante, el 10 de julio; la luna nueva, el 17 de julio y, por último, veremos a la Luna en cuarto creciente, el 25 de julio.

La distancia mínima entre la Luna y la Tierra, el perigeo, este mes será de 361907 kilómetros y sucederá el 4 de julio. La distancia máxima, el apogeo, será de 403,938 kilómetros y ocurrirá el 20 de julio. Cuando la distancia entre nuestro planeta y nuestro satélite es menor, el efecto de la gravedad es mayor; las mareas, por ejemplo, son más intensas.

A la luna llena de este mes se le llama superluna de ciervo, de heno o del trueno. El término superluna se utiliza de forma exagerada porque al producirse en un momento de mayor acercamiento a la Tierra, tanto su brillo como su tamaño son algo mayores. Sin embargo, esta diferencia no es tan espectacular como el término superluna nos lleva a imaginar.

Según las efemérides del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, el 7 de julio se podrá ver a las 23:00 la conjunción entre la Luna y Saturno. Este evento ocurre porque, desde nuestra perspectiva, nuestro satélite y el planeta anillado se verán muy cercanos en el cielo; en realidad .Saturno está a unos 1300 millones de kilómetros de nosotros y la Luna a “tan solo” 384,000 kilómetros.

Por último, el 9 de julio debes aprovechar y mirar a Venus ya que adquirirá su mayor brillo de este año, con una magnitud de –4.5. Este planeta, como los demás, no tiene luz propia sino que refleja la luz que le llega del Sol. Aunque su brillo va variando dependiendo de la distancia entre la Tierra y Venus, al estar tan cerca de la Tierra (a unos 98 millones de kilómetros) comparado con los otros planetas (y estrellas, claro) y por las características de sus nubes, siempre es el objeto más brillante en el cielo después de la Luna.

Muy Interesante México