Si quieres huír a otro planeta, La Esfera en Las Vegas te lleva

La construcción esférica más grande del mundo es digital y se encuentra en Las Vegas. Se llama The Sphere y así es por dentro.

Todo comenzó en 2016 con un dibujo: un círculo con un muñeco de palo dentro. Siete años y 2,300 millones de dólares después esta idea se convirtió en una nueva construcción, distinta a todas las que existen en Las Vdegas Strip. Se trata de The Sphere, o “la esfera”, para los hispanohablantes, y es la nueva atracción turística de esta emblemática ciudad.

La obra fue imaginada por ​​James Dolan, el presidente ejecutivo de Madison Square Garden y propietario de los New York Knicks y Rangers. Y, como su nombre lo indica, es la construcción esférica más grande del mundo, con un área de 81,300 metros cuadrados.

Pero esta no es una simple esfera de concreto, sino que tiene una particularidad: es también una pantalla gigantesca, capaz de alumbrar a kilómetros de su ubicación, a unos metros del hotel The Venetian. “El objetivo principal era crear experiencias inmersivas que captan los sentidos y transportan a los fanáticos y asistentes a un nuevo mundo”, dijo Dolan en una entrevista con AFP.

Cuando visité La Esfera, a dos meses de su inauguración, lo primero que imaginé es que era muy parecida a una inmensa bola mágica de cristal, tan viva que cambia al segundo y que tal vez sí podría transportar a otro mundo. Ya había visto algunas imágenes en internet donde se veía un ojo gigante que observaba la ciudad, o figuras bizarras de colores moviéndose.

Pero a mí no me tocaron esas imágenes del futuro o videos dándome sensaciones de que estaba viendo algo mágico, como la luna en hiper alta definición. Más bien, solo mostraba anuncios bastante simples de Google Cloud que bien podrían verse en cualquier pantalla plana.

Entrando a la esfera

¿Cómo es el futuro cuando el futuro que imaginamos ya existe? Eso me vino a la mente cuando entré a la esfera.

En la entrada hay pantallas con una “notificación de reconocimiento facial”, donde te indican que utilizarán esta tecnología para “garantizar la protección y seguridad del lugar y los asistentes”. No dicen más, pero mencionan que puedes entrar a la política de privacidad para conocer más.

En esta política tampoco mencionan algo sobre el reconocimiento facial, pero sí dicen que recolectan información de ti de maneras múltiples”. La primera, cuando tú proporcionas la información activamente, pero la segunda es cuando recogen información de manera “pasiva” que incluye la información de tu teléfono, tu ubicación, dirección IP, y que si te conectas a tus redes sociales a través de su red, también recopilan esta información, solo por mencionar algunas.

La entrada parece un sistema de seguridad de aeropuerto. A La Esfera no puedes entrar con mochilas, bolsos grandes, cámaras, equipo de audio o alimentos, y te solicitan que dejes todas tus pertenencias y electrónicos en una charola para ser escaneados. Sorprendentemente, tampoco cuentan con un área para guardar tus prendas o bolsos en caso de que lo requieras, por lo que recomiendo ir lo más ligero posible.

Pero al entrar, lo primero que te recibe es Aura, un robot con forma de humano elaborado por la empresa Engineered Arts, a la que le puedes hacer preguntas. “¿Cómo estás, Aura?” le preguntan los asistentes. “Estoy funcionando en un nivel óptimo”, contesta.

Los asistentes se emocionan haciendo preguntas simples. Desde cómo se llama hasta cuantos años tiene. Un asistente hizo una pregunta un poco distinta. “¿Qué te gustaría cambiar de ti?”, a lo que ella le contestó que le gustaría hablar más idiomas, pues solamente habla inglés y muchos extranjeros visitan La Esfera y no pueden hablar con ellos. ¡Ah! y que también le encantaría aprender a bailar como humana.

Ver a Aura en la entrada y hablar con ella sí causó emoción. Aunque en realidad la tecnología no es extraordinaria, pues es como una Alexa o un ChatGPT combinado con robótica, pensé que vería más inventos curiosos dentro. Pero la realidad es que solamente hay cinco “Auras” más, un escáner para hacer un avatar y quioscos de comida. Nada muy futurista o mágico. Eso sí, lo más cercano a otro mundo es el nombre de su cerveza, Space Dust (polvo espacial), y su exorbitante precio de 20.49 dólares (cerca de 350 pesos).

Postcards from Earth: la película de Darren Aronofsky

Actualmente solo hay dos shows que puedes disfrutar en La Esfera: una película de Darren Aronofsky llamada “Postcards from Earth” y el concierto de U2. La experiencia por la película tiene un costo que va desde los 87 hasta los 470 dólares (de 1,500 a 8,177 pesos), mientras que el boleto más barato para ver a U2 es de 452 dólares y el más caro, de 1,878 (7,860 a 32,670 pesos). Yo vi la película.

Después de subir dos pisos en escaleras eléctricas, entré a la sala y lo primero que ocurrió fue que me dio vértigo (recomiendo precaución a personas que tengan miedo a las alturas). La distribución es ligeramente distinta a otros espacios, pues las sillas están MUY empinadas.

También recomiendo que las personas muy altas o corpulentas escojan lugares cercanos a los pasillos o con posibilidad de movimiento, pues las sillas son muy pequeñas. Una persona de 1.80 metros de altura de talla mediana cabe, pero apretado.

Esta no es una reseña sobre la película Aronofsky, pero considero que el ganador de numerosos premios como los Oscares y Ariel por sus películas como “El Cisne Negro” y “Réquiem por un Sueño” hizo un extraordinario trabajo reflejando el potencial visual y auditivo que tiene la esfera.

Básicamente, la película trata sobre dos astronautas que tienen que recordar cómo era la tierra para poder volver a ella. A lo largo de 50 minutos Aronofsky creó una narrativa donde muestra imágenes del espacio, la tierra, el mar, los animales, insectos, flores y personas. No habrá spoiler alerts, pero sí diré que lo que más me conmovió fue ver los pequeños muy pequeños detalles de la belleza de la tierra en 18K.

Vi – y sentí – a un elefante caminar a lado mío, una jirafa respirando cerca de mí, el punto de vista de un pescado en el mar o un ave volando a través de Islandia. Me hizo pensar que las posibilidades para contar historias en esta esfera pueden ser infinitas.

Además, no solo es ver las imágenes en una pantalla del tamaño de un estadio de fútbol, sino escucharlas. La esfera cuenta con tecnología de audio espacial , una tecnología que cada vez se comienza a utilizar más en estadios, salas de conciertos, cines y espacios de entretenimiento. Incluso, en México, ya existe la primera sala n Dolby Atmos, elaborada por Universal music.

En el caso de La Esfera, son 167,000 altavoces instalados permanentemente alrededor de todo el espacio, junto con otros 300 módulos móviles que dan un audio nítido, limpio y de alta calidad. Esto quiere decir que gracias a la forma esférica del espacio, casi todos los asientos en la sala deberían experimentar la misma calidad de audio.

Y aunque las sillas son pequeñas, no por eso son menos poderosas. Son 10,000 asientos inmersivos equipados con un sistema háptico de infrasonido que transmite los niveles más bajos de graves a través de la silla o los pies, lo que significa que te permite tanto escuchar el sonido como sentirlo.

“Es como el Papalote Museo del Niño en esteroides”, dijo un asistente al terminar la película. Otros se quejaron de la narrativa de la película, pues consideraban que era bastante simplista y esperaban ver algo más emocionante por el costo del boleto. Yo considero que Darren sí cumplió con su propósito de llevarnos a otro planeta, o al menos, de recorrer nuestro planeta, aunque no haya sido como lo imaginamos.

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