Tiro porque me toca

Piensa que es libre

Porque anda suelto

Mientras arrastra la soga al cuello

Víctor Manuel / No sé por qué te quiero

En lugar de exhibirnos ante el mundo como un pueblo de tarados que presuntamente “elegimos” a puros imbéciles a que nos dirijan, yo propongo de una vez que demos un paso atrás y nos olvidemos de los “húmedos sueños republicanos”.

¿En qué número de imperio iríamos si lo nuestro fuera eso? Ya ni sé, porque ya perdimos la cuenta. Ah, pero eso sí, vamos en “la cuarta” y ¿la quinta será la “Quinta Chilla”? Pregunto.

Y no me refiero al riquillo orate y huevón que se pasea por Europa diciendo que es descendiente directo de Moctezuma… Como otros, que no sé, si eran parientes del príncipe azteca, de dónde sacaron lo rubio y los ojos verdes.

Pero vea usted que no es una locura del todo lo que propongo. Así que, demos un salto al abismo: Nos quejamos de los sueldazos y los gastos que significa mantener al INE y a sus “princesos y princesas consejeros”, pues ahorrémonos los millones que nos gastamos en organizar los hipócritas comicios cada 3 años, y regresemos a un sistema feudal, monárquico, que al cabo las figuras ya las tenemos y en todos los partidos lo que impera es una suerte de autocratismo. Que al cabo eso de la voluntad del pueblo es una mamarrachada y una vil mentira que nos han vendido a través del supuesto “voto popular”.

Ya no nos engañemos y dejemos de hacer corajes porque no nos gusta el resultado que arrojan las urnas: que sea Dios quien decida que aquel o aquella nos gobierne.

Dejemos de lado la danza de las vanidades que significa nuestra vida política (iba a decir nuestras elecciones, pero los mexicanos estamos en contienda electoral permanente y las leyes a ese respecto nos las pasamos por donde usted ya sabe).

Que vuelvan los tatamandones y los caciques. Que los tlatoanis disuelvan Congreso y Senado, que al cabo ya demostramos con creces que no nos podemos gobernar solos, porque estamos tan ciegos como pueblo que necesitamos alguien con una sabia varita (de anacua y mojada de preferencia) para que con suaves golpes en las nalgas nos enseñe el camino.

Sí, sé que a lo mejor a usted le suena muy loca mi propuesta y quiere exorcizarme en nombre de la Virgen de los Siete Puñales, pero en México pasamos del imperio del dedazo, al imperio del dedazo… Y el poder también se hereda, aunque discretamente.

¿O usted cree que las castas divinas como las veracruzanas, las de Atlacomulco, o la del alcalde de Monterrey, pasando por la gubernatura de Guerrero y tantos y tantos municipios son casos aislados?

No hay que ser más ingenuos: tienen siglos viéndonos la cara, saqueándonos, violándonos, asesinándonos… y encima les aplaudimos por ello y les mantenemos sus exóticos y principescos estilos de vida a ellos, ellas y sus parentelas.

Ya basta de hipocresías:

Si con el PRI se vivió por 70 años la “dictadura perfecta” (Vargas Llosa dixit) hoy nuestro país es una autocracia perfecta y lo peor, una autocracia pretendidamente heredable.

Además, réstele usted lo que nos ahorraríamos en tinta, papel, saliva y bits electrónicos si se restaura la monarquía y se derogan de una vez el 6º y el 7º de la Constitución, mandando al patíbulo a la “odiosa libertad de expresión”.

¡Fuera máscaras!

SEÑOR GOBERNADOR, COMETE USTED UNO O VARIOS DELITOS

En otro cuadro surrealista… ¿Cuántos delitos, aparte del de encubrimiento, comete el gobernador de Sinaloa Rubén Rocha Moya al ofrecer cobijo a un acosador sexual?

¿Es tan ignorante que no sabe que en un estado de derecho correcto, el presunto chacal sería perseguido y que su falta es grave?

“Es acosador, pero sexual. Yo le ofrecí cambiarlo a un lugar donde hubiera puros machos como él”, declara sin empachos en un video Rocha Moya, quien acepta que le ofreció protección a un funcionario que está acusado por acoso sexual.

¡Qué bonito!