Este exoplaneta cuenta con un radio aproximadamente 1,8 veces superior al de la Tierra y fue denominado TOI-1075b.
A sólo 200 años luz de distancia de nuestro planeta se encuentra un colosal exoplaneta recién descubierto que podría arrojar nueva luz sobre uno de los misterios más extraños de la ciencia planetaria.
Este hallazgo cuenta con un radio aproximadamente 1,8 veces superior al de la Tierra y fue denominado TOI-1075b. Se trata de uno de los mayores ejemplos de exoplaneta superterrestre encontrado hasta la fecha.
También se encuentra en lo que llamamos la brecha de radio de los planetas pequeños, un aparente déficit de planetas entre 1,5 y 2 radios de la Tierra. Se han encontrado supertierras rocosas ligeramente más pequeñas. También se han encontrado mundos ligeramente más grandes con atmósferas hinchadas, conocidos como mini-Neptunos. Pero en el medio, hay una especie de desierto, informa el medio Science Alert.
El misterioso TOI-1075b
TOI-1075b tiene una masa espectacular, según el Planet Finder Spectrograph (PFS) del telescopio Magallanes II: 9,95 veces la de la Tierra. Pero lo que más interesa a los científicos es que su radio, medido con el satélite Transiting Exoplanet Survey Satellite (TESS) de la NASA es de 1,791 veces el de la Tierra.
Esto es demasiado grande para un mundo gaseoso; es probable que el exoplaneta sea rocoso, como Mercurio, la Tierra, Marte y Venus. Esta peculiaridad lo convierte en un candidato ideal para probar las teorías de formación y evolución planetaria.
Estos datos y más se publicaron en la revista The Astronomical Journal, a través de arXiv.
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Otro dato fundamental es que el planeta tiene un periodo orbital de solo 14 horas y media. Esto indica que está demasiado cerca de su estrella. Aunque TOI-1075 es una estrella más pequeña que nuestro Sol (tiene el 60% de su masa y radio), su proximidad sugiere que sus temperaturas superficiales probablemente sean infernales. También es muy probable que en él existan un océano de magma y una atmósfera compuesta literalmente por roca vaporizada.
Los científicos afirman que estas teorías se podrían comprobar de manera relativamente sencilla por medio del telescopio James Webb, capaz de observar las atmósferas de los exoplanetas. Apuntando a TOI-1075b se podrá saber si tiene una atmósfera fina, una atmósfera de silicatos o si no tiene atmósfera alguna.
Esta información podría revelar alguna peculiaridad hasta ahora desconocida de la formación y evolución de los planetas, y cómo las supertierras pierden su gas.
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