Un huachicoleo peor que el de hidrocarburos: el huachicoleo médico 

 

La escena parece de ciencia ficción: el paciente reposa en un sillón de su casa, con su laptop sobre las rodillas, mientras confiesa a su médico que padece de una hernia discal. No se conocen: charlan por WhatsApp. El paciente es de Cuautla, Morelos. El médico, de Monterrey, lo atiende a distancia y baja resultados de análisis clínicos de la nube virtual y los hace aparecer en su monitor.

Esta practica médica, de consultar a distancia, debería ser normal. El especialista haría una valoración a distancia, agilizando las fases del diagnostico para iniciar el tratamiento, ahí sí, de manera presencial.

Pero en el sistema de salud de México, no ocurre esto. ¿Por qué? Por apatía. Por negligencia. Porque se la pasan en grillas. El día que se decidan a operarlo cambiará para bien toda la práctica médica de nuestro país. 

Sin embargo, esto no es lo peor. Ningún avance tecnológico dirigido a la atención de pacientes rendirá buenos resultados si no ponemos en marcha, cuanto antes, el expediente clínico electrónico universal. El mundo ideal, en el que todos los mexicanos deberíamos vivir, o al menos soñar, es que vayamos con cualquier médico público o privado a consultar y éste acceda al instante a nuestro historial personal de salud, almacenado en una enorme base de datos (big data) nacional.

El paciente no tendría que cargar con sus propias radiografías, diagnósticos previos, recetas, estudios clínicos o análisis recientes o muy pasados, porque el médico estudiaría en un minuto esta información.

En México contamos con una norma que define las características del expediente electrónico: NOM 024, emitida por la Secretaría de Salud federal, pero apenas lo utilizamos.

¿Por qué no se quiere operar el expediente electrónico universal? El lector lo sabe mejor que yo. El fondo reside en los intereses creados. Dado que el paciente sólo recibiría el medicamento justo, en su dosis adecuada, se acabaría el mercado negro de la fuga de inventarios y el desabasto intencional en nuestro sistema de salud. A eso lo llamo yo huachicoleo médico, tan o más grave que el de hidrocarburos. 

Si un país como México está rezagado en materia digital, es porque quiere. Hace falta que todos tengamos en México un expediente clínico electrónico, personal y universal, para evitar que busquemos nuestro historial médico disperso cada vez que nos atiende un médico de una enfermedad. Nos ahorraríamos tiempo y dinero público.