El dueño de Tesla se lanzó contra la plataforma streaming y argumentó que la pérdida de suscriptores se debe al ‘virus Woke’.
Después de una década con un crecimiento que sacudió a Hollywood, esta semana se dio a conocer que Netflix, empresa de servicio de streaming, perdió 200 mil suscriptores en el primer trimestre de 2022.
La noticia tomó por sorpresa a la industria cinematográfica y a empresarios, entre ellos, al hombre más rico del mundo, Elon Musk.
El dueño de Tesla reaccionó al desplome de Netflix en sus redes sociales, donde se lanzó contra la plataforma y argumentó que la pérdida de suscriptores se debe al “virus Woke”.
“El virus de la mente despierta (woke) está haciendo que Netflix no se pueda ver”, escribió en su cuenta de Twitter.
El comentario del empresario se refirió a la cultura Woke, que está relacionada con la toma de conciencia respecto del racismo que se vive en Estados Unidos y en todo el mundo. La palabra Woke en inglés significa “despierto”.
Además, Musk pidió a la compañía de streaming crear más contenido de ciencia ficción o fantasía.
El trancazo de Netflix y sus razones
Por si fuera poco, Netflix también perfila perder otros 2 millones de clientes en el segundo trimestre actual, configurando así su peor año de la historia.
Inversionistas, analistas y ejecutivos de Hollywood esperaban que la compañía informara sobre un lento comienzo de año, pero aún así confiaban en que Netflix agregaría 2.5 millones de clientes.
Por este motivo, la gerencia de la empresa señaló que los ‘números rojos’ se deben al uso compartido de contraseñas y la creciente competencia. Netflix indicó que hay 100 millones de hogares que usan su servicio sin pagarlo. Por ello, la compañía está experimentando con formas de registrar a esos espectadores.
“Nuestra penetración relativamente alta en los hogares, cuando se incluye la gran cantidad de cuentas compartidas en los hogares, combinada con la competencia, está creando obstáculos para el crecimiento de los ingresos”, explicó.
Los problemas de Netflix harán que los inversionistas se pregunten si las compañías de medios que llegan más tarde al streaming registrarán suficientes clientes para justificar todo el dinero que están gastando en nueva programación.
El Financiero