Algo que vale la pena leer

Debemos leer, pero no sólo eso, sino que además, para aprovechar de manera efectiva lo que leemos, hay que leer bien. Sócrates, Shakespeare o Cervantes, demostraron que para entender realmente algo, era menester llamarlo por su nombre específico. Siempre existe una palabra precisa para aquello que precisamos transmitir. La magia de comunicar debe suscitar en el oyente, la misma imagen que el hablante tiene en su mente.

¿Se puede “lucir mal”? La verdad es que decir: “Luces muy mal de salud” es una absoluta contradicción lógica y lingüística, puesto que el verbo lucir significa “brillar, resplandecer, sobresalir”, por lo que es correcto decir que alguien “luce imponente”, pero no que “luce horrible”. El filólogo e historiador mexicano Ángel María Garibay exponía de manera clara que: “La lengua hablada es imagen y vehículo. Como habla uno, así piensa, por ello hablar limpio es pensar seguro”.

Es así como haciendo referencia a lo expuesto anteriormente, nuestra recomendación de lectura semanal para esta ocasión es el extraordinario libro: “Las Malas Lenguas” del maestro, crítico, escritor y editor mexicano, Juan Domingo Argüelles, publicado en editorial Océano en 2018, con 615 páginas. Como ya es tradición en sus obras, la pluma del maestro nos ofrece un viaje filológico, atinado y con mucho humor, por las diversas lagunas, aciertos, costumbres y errores que generalmente de manera ordinaria, utilizamos o pasamos por alto al momento de expresar nuestras ideas y relacionarnos con los demás. En este genial aporte podremos apreciar qué:

“El uso del español, cada vez es más equívoco y a muy poca gente le sorprende esto porque se ha acostumbrado a que el absurdo sea la regla”. “Una escuela de idiomas se anuncia del siguiente modo: ESTUDIE CON NOSOTROS Y SEA EXPERTO EN INGLES”. En su anuncio no pone la tilde que, en español, exige la palabra aguda terminada en “s”: INGLÉS. Lo cierto es que una cosa es ser experto en ingles y otra muy distinta es ser experto en inglés.”

Una lectura totalmente recomendable, porque como bien dice el maestro Argüelles, quien habla mal, piensa mal y escribe mucho peor.

Somos lo que hemos leído y esta es palabra de lector.