Hay de guerras a guerras
Hoy no se habla de otra cosa y no es para menos; el inminente riesgo aumenta con vertiginosa velocidad y las consecuencias se antojan a gran escala. Sobre el conflicto que mantiene en vilo al mundo, parece que todas y todos tenemos una opinión o por lo menos un comentario para aportar a la sobremesa. Los expertos en guerra se multiplican más rápido que “gremlins” mojados (innecesaria referencia ochentera) y las sesudas reflexiones sobre el particular ocupan los principales espacios en los medios tradicionales y en las benditas redes sociales. Posiblemente algunos de los opinadores no sabemos siquiera donde se encuentra ubicada Ucrania; cuales son los motivos de disenso entre las naciones en pugna o en que consiste el agravio que dice haber sufrido el líder de Rusia por parte del estado independiente que surgió como tal a partir de la disolución de la Unión Soviética en 1991.
Al tiempo que el presidente Zelensky es considerado por no pocos como un héroe al ser captado vistiendo uniforme militar y mantenerse en pie de lucha, la Unión Europea aplaude el discurso del ucraniano en el seno de su parlamento y se dispone a enviar armamento a un país en conflicto por vez primera en la historia.
Mientras que la comunidad internacional condena la guerra y miles se unen a las marchas y manifestaciones llevadas a cabo en las principales ciudades del viejo continente, Vladimir Putin ordenó al Ministro de Defensa poner a las fuerzas de disuasión en estado de alerta máxima de combate, lo que ha generado tensión ante un eventual ataque nuclear.
Justo cuando el Consejo de Seguridad de la ONU avaló la convocatoria para efectuar una sesión emergente de la Asamblea General con el fin de que los 193 miembros de la organización emitan un pronunciamiento sobre la invasión, los expertos en la materia aseguran que la guerra podría prolongar el tremendo bache por el que atraviesa la economía mundial; frenar la incipiente recuperación y agravar la inflación, ya de por sí descontrolada en algunas regiones del orbe.
Como puede observarse, el incidente de marras es sumamente complejo; por eso, quienes poco o nada sabemos respecto a conflagraciones bélicas, sus causas, desarrollo y efectos, debemos evitar la tentación del superficial análisis; esto, sin perder de vista los hechos que se suscitan en nuestro territorio.
Cual si se tratase de una zona de guerra, acá no curtimos mal las vaquetas. En México, las ejecuciones a manos de la delincuencia organizada con tintes terroristas; los homicidios en contra de periodistas y los terribles feminicidios, se recrudecen día con día.
De acuerdo a informes oficiales, durante el primer mes del 2022 el país registró 2 mil 427 víctimas mortales. Si bien, se trata de una disminución respecto del mismo mes del año anterior, los acontecimientos de sangre se han concentrado en algunas entidades de la República en las que vivir con tranquilidad es poco más que una misión imposible. En Zacatecas, Guanajuato y Baja California, son comunes los ataques criminales a las fuerzas del orden y los hallazgos de cuerpos sin vida que presentan signos de violencia; lo mismo colgados en puentes que abandonados en la caja de alguna camioneta, los cadáveres dan cuenta sobre la realidad que acá se vive en materia de seguridad.
Michoacán merece mención aparte. El pasado domingo se reportó el fusilamiento de 17 personas en aquella entidad. En varios videos de manufactura casera puede observarse la agresión a un grupo de individuos que presuntamente se encontraban en un funeral y que fueron acribillados sin piedad tras formar una fila y ser colocados de espalda contra la pared. Las autoridades federales y de aquel estado minimizaron los hechos, pues los cuerpos aun no han sido localizados; en el lugar se encontraron cartuchos percutidos, bolsas de basura y algunos restos humanos. Ahora se sabe que los delincuentes tuvieron el tiempo suficiente incluso para limpiar el sitio con hidrolavadoras.
Aquí en confianza, como era de esperarse lo antes reseñado causó conmoción y fue dado a conocer a la par de las noticias sobre la contienda en Ucrania. Respecto al trágico suceso, escribió la periodista española Carmen Morán Breña para el diario El País: “La muerte le abre paso a la muerte en una espiral de sangre y balas que en México parece no tener fin. A menudo se dice que los cien muertos que se reportan de promedio al día le confieren características de un país en guerra. Nunca como hoy esa apreciación había tenido mayor reflejo. La forma de matar semejaba más un fusilamiento de un conflicto bélico que un altercado mortal entre bandas”.
Indudablemente y para el pesar de la humanidad toda, hay de guerras a guerras y en México lo sabemos. Ahí se los dejo para la reflexión.