Aquí en confianza

El nuevo Primer Ministro

En el otro lado del océano Atlántico también se generan noticias que impactan a la región latinoamericana o por lo menos, son dignas de atención. Tras el sensible deceso de la Reina Isabel II, el Reino Unido ha dado al mundo de que hablar. Más allá de la “genuina” congoja mostrada por Martha Debayle, quien domina el idioma inglés y gusta de usar un acento más pronunciado que los mismísimos descendientes de Shakespeare, la muerte de “Güelita Chave” como seguramente le llamaba la referida conductora mexicana, no es el único acontecimiento que ha convulsionado el andamiaje político y económico de aquel país.

Rishi Sunak, hijo de inmigrantes indios y analista económico multimillonario, fue designado como Primer Ministro después de que su antecesora, Liz Truss, dimitiera en el cargo a tan solo siete semanas de haber iniciado su gestión. A su vez, la señora Truss tomó la estafeta tras la renuncia del controversial político, periodista y prófugo del cepillo, Boris Jonhson, quien se vio obligado a abandonar la encomienda luego de una rebelión en masa protagonizada por los miembros del gabinete y la falta de respaldo de su partido ante una serie de escándalos sexuales. Lo antes narrado nos deja claro que en cualquier sitio se cuecen habas, pues en menos de dos meses la casa marcada con el número 10 de Downing Street ha visto desfilar a tres distintos representes del gobierno británico. 

Y, a todo esto – se preguntará mi amable y única lectora – ¿por qué fue necesario el urgente relevo en la oficina del Primer Ministro de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte?; dicho de otra manera, ¿por qué razón renunció o renunciaron a doña Liz? Básicamente por que en aquellos lares no se andan con medias tintas. Resulta que el pasado 23 de septiembre, la gentil dama presentó a sus compatriotas un plan presupuestario que consistía en disminuir considerablemente los impuestos. Si bien, la propuesta perseguía las mejores intenciones, esta no fue bien recibida por los mercados, lo que trajo consigo una estrepitosa caída de la libra esterlina. Por si fuera poco, la debacle económica que se produjo en el brevísimo período de la ahora ex funcionaria, significó una inflación de 10.1 por ciento y con ello, la mayor alza de precios de los alimentos desde el año 1980. Así, la nación cuyos monarcas aparecen un día sí y otro también en las portadas de revista, alentando con ello las aspiraciones juveniles sobre la feliz llegada del príncipe azul, se encuentra sumida en una terrible crisis que ha dejado en precaria situación económica no solo a las familias inglesas sino también a las arcas públicas. 

Como nadie sabe para quien trabaja, el desplome de la señora Truss significó el ascenso de Sunak, quien había competido contra la primera para convertirse en líder del partido conservador y por lo tanto, en Primer Ministro. En aquella ocasión, quien fuera Secretario de Hacienda en la administración de Jonshon, no logró el propósito de dirigir al gobierno inglés; sin embargo, la desastrosa gestión de su antecesora lo puso nuevamente en la posibilidad de arribar al ansiado cargo. 

Rishi Sunak es el primer Primer Ministro designado por el Rey Carlos III, además – con 42 años de edad – es también el más joven en obtener tal distinción en 200 años; con su nombramiento, el otrora encargado de las finanzas británicas y partidario del Brexit, heredó la tétrica pintura que muestra un desalentador paisaje político y económico en las tierras de los Beatles . 

Aquí en confianza, ahora mismolos ojos de la vieja Europa se posan en el que fue llamado para enderezar el barco inglés.  Surgen entonces las incómodas preguntas: ¿acaso el recién ungido Primer Ministro cuenta con la experiencia suficiente para asumir la titánica tarea?, en cualquier caso ¿no es demasiado rico para entender a cabalidad las carencias que resienten las familias inglesas? Lo cierto es que Sunak generó confianza con una sola frase: cuando competía contra Liz Truss, esta se comprometió a disminuir los impuestos, lo que sin duda arrancó el aplauso del respetable; Sunak, por su parte, dijo que no realizaría tal reducción hasta en tanto la inflación estuviera controlada. Como era de esperarse, las manifestaciones del entonces candidato le costaron el voto de sus correligionarios. Luego, en una entrevista con la BBC, el también graduado de las universidades de Oxford y Stanford, afirmó: “prefiero perder la carrera por el liderazgo de mi partido antes que ganar con falsas promesas”. Bien harían los lideres de los países latinoamericanos si atendieran y aplicaran estas sencillas palabras. Ahí se los dejo para la reflexión.