Aquí en confianza

Colectivo por México; una nueva visión de país

El dos de julio de 2018, los medios tradicionales y las benditas redes sociales fueron inundadas con el encabezado que había sido largamente esperado por un nutrido grupo de simpatizantes, mismo que fue creciendo a pasos agigantados desde la primera postulación del hoy mandatario mexicano en el ya lejano 2006. En las pláticas de sobremesa no se hablaba de otra cosa; quien se había presentado como candidato en las tres últimas contiendas, obtuvo resultados históricos al arrebatar a sus opositores el 53 por ciento de la votación, lo que se traducía en más de 30 millones de sufragios. La clave del éxito – se supo desde siempre – fue el posicionamiento de una eficaz narrativa basada en la hipótesis de un cambio real; de un golpe de timón que nos condujera al desarrollo y, con ello, cumplir el genuino propósito de alcanzar el bienestar de las personas.  Sin duda, a casi cinco años de distancia, el escenario nacional muestra marcadas diferencias. Mientras que el resentimiento y la polarización se alimentan día tras día, el ocaso del período gubernamental empieza a enseñar sus primeras tonalidades, dando paso a lo que será una lucha encarnizada por la candidatura presidencial bajo las siglas del partido oficial y, posteriormente, un nuevo proceso electivo para la renovación del ejecutivo federal. 

En el contexto antes reseñado, será ordinario escuchar – de manera cada vez más frecuente – voces que apuestan a un rumbo distinto para la conducción de los destinos de México. Al respecto, una nueva alianza opositora ha comenzado a conformarse con el fin de frenar – según explican sus miembros – la instauración de un régimen unipersonal, ante un ambiente de ingobernabilidad y confrontación alentada desde Palacio Nacional. El llamado Colectivo por México se presentó el pasado lunes y para tal efecto fue publicado un interesante documento de apenas 50 cuartillas titulado “Un punto de partida”. El referido texto plantea un programa general de políticas públicas que podría estar a disposición de los aspirantes a la presidencia de la República con independencia del instituto político al que representen.

El mencionado grupo se encuentra encabezado por los ex candidatos Cuauhtémoc Cárdenas y Francisco Labastida; por los ex rectores de la UNAM, José Narro Robles y Francisco Bernés; por el ex director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la máxima casa de estudios, Diego Valadés Ríos y por el primer presidente del entonces IFE – hoy INE – José Woldenberg, por mencionar solo a algunos de sus miembros más conocidos. Al colectivo se han sumado organizaciones de la sociedad civil cuyos dirigentes habían ofrecido esfuerzos aislados en contra de las políticas impuestas por el actual régimen.

Como era de esperarse, el presidente de México calificó al grupo de reciente conformación como una especie de ala moderada del bloque conservador. Fiel a su estilo, el mandatario manifestó: “están en contra de nosotros, de la transformación del país, de lo que estamos llevando a cabo con millones de mexicanos …”. Sin embargo, el gobernante en turno también consideró que las y los mexicanos están en su derecho de agruparse y manifestarse, al sentenciar: “Nosotros estamos obligados a garantizar el derecho a disentir; los ciudadanos son los que al final deciden, siempre es así en la democracia”.

Seguramente, el Colectivo por México, que ya se asume como una agrupación ciudadana, plural y apartidista, que cuenta además con financiamiento de sus miembros, dará de que hablar en las próximas fechas. Sus aportaciones serán la punta de lanza para el diseño de una plataforma política confeccionada desde las necesidades colectivas y a través de diversos puntos de vista. Por el bien del país, ojalá la presencia de esta nueva organización en el plano político no se reduzca a un foro en donde se privilegie el encono partidista y se promueva el revanchismo; de simple retórica y documentos vacíos. Desde ya, Colectivo por México es un membrete al que habrá que seguirle la pista.

Aquí en confianza, ayer escuche a alguien decir que la agrupación de marras está condenada al fracaso porque fue concebida como una mezcla heterogénea de personalidades con intereses encontrados; sin embargo, la historia reciente de este país nos muestra que las organizaciones políticas suelen crecer cuando plantean una visión poco convencional. Un botón basta de muestra: en 2011 se creó un movimiento político y social denominado MORENA; fue hasta 2012 que tal agrupación se constituyó como Asociación Civil y tras un proceso de afiliación, en el mes de enero de 2014, logró la certificación de su Asamblea Nacional Constitutiva ante el INE, convirtiendo al movimiento en un partido político; el resto de la película es por todos conocido. Así, sobre el impacto real que tenga el Colectivo por México en el tablero nacional, veremos y diremos. Al tiempo. 

Nota. Lo antes expuesto representa la opinión personal del autor