Hacerse de las conversaciones de Whatsapp de otras personas puede ser sencillo. Aprende cómo los stalkers pueden robar tu información y las implicaciones éticas que esto conlleva.
Supongamos que dejas tu celular por un par de minutos cuando vas al baño. Se trata de un momento idóneo para que cualquiera que esté contigo lo tome y se haga de cualquier conversación de Whatsapp, sin importar que la información esté cifrada o cualquier otro método de seguridad que la aplicación tenga.
Bastan dos minutos —a veces menos dependiendo cuán familiarizados estén con tu celular— para acceder al chat de su interés y exporten su contenido —ya sea con o sin archivos adjuntos— y se lo reenvíen desde la misma aplicación, por correo o cualquier otra app.
El siguiente paso, después de haber enviado el archivo de la conversación es borrar cualquier evidencia. Si fue desde el propio Whatsapp, eliminar el mensaje; por correo, limpiar los elementos enviados, y así sucesivamente dependiendo del medio por el que lo enviaran. De esta forma, quien se haya hecho de tu conversación podrá leerla con total calma en otro momento y sin el pendiente de que tú vuelvas y lo sorprendas buscando entre tus mensajes.
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La dimensión ética
A pesar de lo sencillo que puede ser hacerse de tus chats, es innegable el dilema moral y ético al que cualquiera de nosotros nos encontramos frente a estas prácticas. Mucho se ha hablado de la privacidad en Internet y la protección de nuestros datos, pero nada nos protege de un robo físico.
La única forma de protegerte es cargar con tu celular en todo momento y mantenerlo bloqueado con una contraseña, pero incluso eso prueba ser insuficiente si no estamos con alguien de confianza que por algún motivo cree que tenemos alguna información valiosa que no puede preguntarnos.
Cuando nos enfrentamos a una diversidad de escenarios que pueden ir desde descubrir si tu pareja te engaña, simple inseguridad o morbo por las conversaciones ajenas, lo que realmente podría protegernos de estos robos es que la otra persona decida no caer en cualquier tentación y respete nuestro derecho a la privacidad.
¿Tú lo harías?
FUENTE: culturacolectiva.com