Descubren el agujero negro más antiguo del universo: es 10 millones de veces más pesado que el Sol

El agujero negro más antiguo del universo tiene una masa de 10 millones de veces la del Sol. Conoce más detalles sobre este hallazgo.

El telescopio espacial James Webb detectó lo que podría ser el agujero negro más antiguo conocido del universo. Las potentes cámaras de este dispositivo le permiten retroceder en el tiempo hasta las etapas más tempranas del universo. De esa manera pudo dar con el agujero negro supermasivo, que tiene una masa de 10 millones de veces la del Sol. Un verdadero monstruo cósmico.

Este agujero negro se encuentra en el centro de una galaxia bebé que nació 570 millones de años después del comienzo del universo. Los científicos creen que podría tratarse de uno de los innumerables agujeros negros que alcanzaron tamaños cada vez mayores durante el amanecer cósmico.

“Este es el primero que encontramos a este desplazamiento al rojo [punto en el tiempo después del Big Bang], pero debería haber muchos de ellos”, dijo la autora principal del estudio, Rebecca Larson, astrofísica de la Universidad de Texas en Austin.

“Esperamos que este agujero negro no se haya formado [recientemente], por lo que debería haber más que sean más jóvenes y hayan existido antes en el universo. Estamos empezando a ser capaces de estudiar este momento de la historia cósmica de esta manera con el JWST, y estoy emocionado de que encontremos más de ellos”.

Esos monstruos llamados agujeros negros

Los agujeros negros nacen del colapso de estrellas gigantes y crecen mientras se alimentan de gas, polvo, estrellas y otros agujeros negros. Esta fricción cósmica hace que el material que entra en espiral en las fauces de los agujeros negros se caliente y emita luz detectable por los telescopios. De esa manera se convierten en los llamados núcleos galácticos activos (AGN).

Los AGN más extremos son los cuásares, agujeros negros supermasivos que pesan miles de millones de veces más que el Sol. Una de sus grandes características es que desprenden sus capullos gaseosos con explosiones de luz billones de veces más luminosas que las estrellas más brillantes.

Para detectar el agujero negro, los astrónomos escanearon el cielo con dos cámaras infrarrojas. También utilizaron los espectrógrafos integrados en las cámaras para descomponer la luz en las frecuencias que la componen.

Para la ciencia, sigue siendo un misterio cómo se formaron los agujeros negros tan repentinamente en el universo primitivo. Los astrónomos siguen buscando agujeros negros “primordiales” aún más jóvenes, que surgieron poco después del Big Bang o, tal vez, incluso antes.

Existen dos teorías principales sobre cómo se formaron tantos agujeros negros después del Big Bang: una dice que son los restos de estrellas gigantes que se formaron mucho más rápido que las que conocemos hoy en día. La otra dice que son nubes ondulantes de gas increíblemente denso que colapsaron repentinamente para formar rupturas en el espacio-tiempo que lo consumen todo.

Los investigadores responsables del hallazgo publicaron sus resultados el 15 de marzo en el servidor de preimpresiones arXiv, pero la investigación aún no ha sido revisada por pares.

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