EDITORIAL: Fraude electoral en Monterrey y Puebla: culpa de los magistrados

Como sabe el lector, la Sala Superior del TEPJF (¡qué trabalenguas!) anuló los pasados comicios municipales en Monterrey. La nueva elección se celebrará absurdamente el 23 de diciembre, un día antes de Noche Buena. Se vaticina un abstencionismo sin precedentes en la capital de Nuevo León.

Como también sabe el lector, se preve que el TEPJF anule la elección en Puebla y se convoque a nuevos comicios en la entidad. Ayer advertí que los magistrados en México quieren crear una casta electoral, lo que yo he bautizado como electocracia. Aquí están las evidencias.

¿Las nuevas elecciones reforzarán la democracia en México? No. Al contrario. Que repitan una y otra vez los comicios no acabará con la compra de votos. Simplemente los encarecerán. Saldrá más caro el clientelismo político porque ya se compró dos veces. ¿Y quién cree que pagará los platos rotos? En efecto, la gente (palabra que me gusta más al abstracto vocablo de pueblo, que tanto repite AMLO).

El lector puede consultar la app del Informe Democracia sin Pobreza elaborado por Acción Ciudadana Frente a la Pobreza. Ahí se documenta que durante el pasado 1º de Julio, uno de cada tres votantes, algo así como 29 millones de personas, estuvieron sometidos a un tipo de oferta o amenaza para condicionar su voto. La victoria de AMLO por más de 30 millones de votos, ocultó todos estos delitos electores. Pero se dieron masivamente. Sin embargo la FEPADE sólo registró 105 denuncias a nivel federal (muy poquitas) por compra y coacción del voto, la mayoría de las cuales no se denunciaron en Puebla o Monterrey, sino en otros lados. ¿No suena raro?

Entonces, si no fue por compra de votos, ¿por qué los magistrados anularon la elección en Monterrey? ¿Por qué es probable que la anulen en Puebla? Porque, según ellos, “se rompió la cadena de custodia”, tecnicismo que usan como pretexto para repetir el proceso comicial. Con esto los magistrados quieren decirnos que no hubo compra de votos ni en Puebla ni en Monterrey, lo cual es una mentira que ha desenmascarado el Informe Democracia sin Pobreza.

Le apuesto al lector que estas próximas elecciones extraordinarias estarán manchas de nuevo por la política clientelar. Y que en vez de retroceder, el fraude y las prácticas mañosas seguirán pateando el pesebre de la democracia, hasta que la pongamos en riesgo, por culpa de la casta electoral que cada vez gana más terreno.