Jorge G. Castañeda acaba de darle a Cuauhtémoc Blanco un golpe bajo. Es tan ruin, que casi roza los linderos de la calumnia. En un artículo que publicó recientemente, ¿Quién es el Bolsonaro mexicano? (El Financiero 10/10/18), Castañeda vuelve a meter en el mismo saco a Trump, Maduro y AMLO. Su opinión no es nada novedosa: responde a una posición electoral que ya rebasó los tiempos de la campaña presidencial. Pero el encono le sigue empañando la objetividad de sus reflexiones. Dice que AMLO igual que Chávez, encierra tendencias autoritarias, nacionalistas y antimigratorias. Hasta aquí, nada nuevo en el tedioso discurso de Castañeda.
Pero ahora, Castañeda dirige sus calumnias ya no contra AMLO sino en contra de Cuauhtémoc Blanco. Dice que de igual forma que Jair Bolsonaro el próximo presidente de Brasil (si las tendencias siguen constantes en la segunda vuelta electoral), Cuauhtémoc es un personaje “simple y simplista, ignorante, rústico, irreverente y hasta insolente”.
Pues si, yo respaldo cada uno de estos adjetivos descalificativos endilgados a Cuauhtémoc Blanco. El problema de Castañeda es que sus adjetivos no aplican para el militar en reserva Bolsonaro, quién es más bien un criminal neonazi (ha sugerido fusilar a ex mandatarios brasileños), potencial violador (ha dicho que si no violó a una adversaria es porque no se lo merecía), homófobo (prefiere la muerte de su hijo a saberlo gay) y ha prometido matar a cualquier presunto delincuente.
Decir que Cuauhtémoc es igual a Bolsonaro es cargar tanto las tintas, que casi difama al ex futbolista. Castañeda advierte que la 4ª Transformación de AMLO saldrá mal y por ende, el país no volteará hacia el PRI o el PAN, ni siquiera hacia Morena, sino hacia Cuauhtémoc Blanco, el supuesto Bolsonaro mexicano. A otro perro con ese hueso: ¿en qué momento la comentocracia en México incurrió en opiniones tan “simplistas y básicas”? En el momento en que los análisis de Jorge G. Castañeda se volvieron simplistas y básicos. Acuérdense.