Desde antes de que comenzara su mandato Andrés Manuel López Obrador nos dijo cómo iba a ser cuando asumiera la Presidencia de la República, es decir, turbio y oscuro, un político acostumbrado a engañar con la verdad.
Ayer domingo se encendió la alarma, y los expertos en rumores comenzaron a elucubrar a todo vapor y es que López tiene la culpa, porque no le gusta hablarle claro al pueblo de México al que se le debe, y por el cual comen él, sus familiares y allegados. Ah, y comen bien.
Pues resulta que andaba de visita en Yucatán, y de la nada canceló su agenda, la cual incluía una reunión de alto nivel con el gobernador, Mauricio Vila Dosal, con quien supuestamente trataría asuntos del Tren Maya.
Los rumores fueron que los militares lo evacuaron de aquel estado y tras arribar a la ciudad de México fue llevado en helicóptero con la premura del caso a un hospital militar donde lo habrían operado de un infarto… Su cuarto infarto, de ser cierto.
Acto seguido, otros canales oficiales alegaron que no era cierto, y que López seguía en reuniones, aunque nadie lo vio más en Mérida.
Y como bien escribió Javier Lozano, “Los vacíos oficiales en información se llenan con especulación”, porque enseguida, de la noche a la mañana salieron con que el presidente está enfermo de COVID ¡Por tercera ocasión! y que por eso lo tuvieron que trasladar de urgencia a la Ciudad de México.
Finalmente en su cuenta de Twitter, se publicó que había cancelado todo lo de su chamba en Mérida, porque repentinamente se acordó del cumpleaños de su hijo menor, festejo que no se celebró en México, porque el joven vive en Inglaterra.
El tuit de López dejó más dudas aún, porque, como escribe una buena amiga: “Busqué en su timeline y no hay un solo tuit en el que se dirija diciendo “amigas y amigos”, como este nuevo comunicado.
Y para colmo de los conspiracionistas, tampoco se dio el tan acostumbrado y fustigante video de fin de semana que usa López para aclaraciones intempestivas y ataques rabiosos.
Lo de “No mentir, no robar y no traicionar al pueblo” quedó como buen slogan de campaña y hasta ahí, porque de que el sujeto y amigos que le acompañan son compulsivos mentirosos, lo son.
Y les encanta tapar el sol con un dedo.
EN EL CONGRESO SIGUE CHON CON CALENTURA
En tanto en el Congreso de Nuevo León pareciera que a los Diputados del PRIAN no les interesa escuchar a las oposiciones ni a los conocedores y por eso quieren que la Ley provenga de una sola voluntad. La suya.
Y es que apenas la semana pasada el gobernador Samuel García viajó a Alemania en búsqueda de seguir presentando al Estado como la mejor región del país para invertir; además de conseguir que NL aloje al “Americas Mobility of the Future 2023”.
Y aún con todo esos resultados, los diputados dicen que Samuel no pidió permiso y su argumento lo basan en una ley que ellos modificaron para que el gobernador se sujete a la voluntad del Congreso. Una modificación a la Constitución que no tiene razón legal puesto que no tiene validez ya que no fue publicada en el Periódico Oficial.
Por si fuera poco, en el Congreso hay un rezago de más de mil 500 iniciativas que aún están sin dictaminar. Bien harían los legisladores en enfocarse este último año en dar resultados, y presumir su trabajo.