“Exportaciones, más que las remesas, serán impactadas por desaceleración de EU”

Las ventas a EU representan alrededor de 40% de PIB de México, mientras las remesas cerca de 4%; la mitad del valor agregado interno en el sector manufacturero de México es impulsado por la demanda extranjera.

Entrevista a Ilan Goldfajn, director del departamento del hemisferio occidental del FMI

El impacto de la desaceleración de Estados Unidos hacia México será sustancialmente mayor vía exportaciones que a través de las remesas, explicó el director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional, Ilan Goldfajn.

Si bien las remesas pueden brindar alivio a los hogares que se benefician de ellas “será más difícil amortiguar el impacto macro total que tendrán todas las exportaciones en desaceleración”.

Entrevistado por El Economista, explicó que las exportaciones hacia EU representan alrededor de 40% del PIB de México, mientras las remesas representan alrededor de 4 por ciento.

El funcionario descartó conceder la posibilidad de una eventual recesión en Estados Unidos. Mencionó en cambio que sí puede presentarse “una desaceleración mucho más aguda” en la primera economía del mundo sobre el pronóstico actual del FMI que se encuentra en 1.6% para este año y en 1% para el próximo.

Las fluctuaciones de la actividad económica de Estados Unidos afectan directamente a México dado sus extensos vínculos comerciales, subrayó.

La mitad del valor agregado interno en el sector manufacturero de México es impulsado por la demanda extranjera y su principal socio comercial es, por supuesto, Estados Unidos, de manera que una desaceleración más aguda conducirá a menores exportaciones, una moderación de remesas y menores flujos de turismo.

Esos efectos se transmitirán a los países de Centroamérica y México, para quienes es un importante socio comercial.

Tras participar en las Reuniones Anuales del FMI, el experto destacó que las principales preocupaciones que encontraron para América Latina son la inflación arraigada y el malestar social que puede generar.

También identificó al endurecimiento financiero global mayor al esperado y su efecto sobre el crecimiento global como una fuente de inquietud.

Destacó que para mitigar estos riesgos, será necesario “calibrar cuidadosamente las políticas para restaurar la estabilidad de precios y fortalecer al mismo tiempo a las finanzas públicas, lo que permitirá proteger a los más vulnerables”.

Remesas resistentes

Acerca de las remesas, el funcionario del FMI comentó que hay evidencia de que estos flujos hacia México no suelen estar alineados de forma estrecha con el ciclo económico de Estados Unidos.

La experiencia de recesiones anteriores ha sido que las remesas tienden a compensar algunos de los efectos económicos adversos de una contracción económica en los hogares de origen de los emisores, refirió.

Tomó por ejemplo la recesión del 2009, cuando entraron 36,048 millones de dólares en remesas a México, donde los emisores se vieron incentivados por la depreciación de la moneda local frente al dólar.

Asimismo, destacó la experiencia más reciente, “las remesas nunca habían sido tan fuertes como durante la crisis del Covid-19”.

En el 2020, pese al gran confinamiento mundial, los hogares mexicanos recibieron 40,607 millones de dólares en forma de remesas, que equivale a un crecimiento anual de 11.4 por ciento. En el 2021, ingresó un saldo histórico de 51,594 millones de dólares que representó un aumento de 27.1% anual y este año hasta agosto (el dato más reciente publicado), las familias beneficiadas por remesas recibieron 37,934 millones de dólares que es 15.2% superior al ingreso del mismo lapso del 2021.

Encarecimiento del crédito

Desde sus oficinas en Washington explicó que una desaceleración más aguda en Estados Unidos podría estar explicada por alzas de tasas más agresivas.

Este entorno podría conducir a una moderación en las entradas de capitales hacia los emergentes y provocarían más presiones a la inflación.

Al depreciarse los tipos de cambio regionales se encarecerán los productos de importación y esto a su vez tendrá un impacto negativo en la inflación local y el crecimiento.

“El impacto negativo de condiciones financieras globales más estrictas en la región endurecerá el costo de financiamiento y moderará los flujos de cartera”, advirtió.

Para el experto en América Latina y el Caribe del FMI, los bancos centrales de la región han logrado avances importantes en la creación de resiliencia a choques externos.

Se refiere específicamente a la creación de mayores reservas internacionales, una regulación financiera más estricta así como el endurecimiento de las tasas de interés para enfrentar a la inflación local.

Nearshoring y el atractivo mexicano

El funcionario destacó que la cercanía de México al mercado estadounidense puede arrojar un nuevo beneficio en el contexto actual. Se refiere a la relocalización de empresas de China hacia México, que anticipa se desarrollarán plenamente en un mediano plazo, “aunque ya vemos algunos signos de beneficio temprano”.

Sin embargo, para aprovechar todo el potencial de esta oportunidad, recomendó dar apoyo disminuyendo la incertidumbre política para alentar a la inversión privada.

En términos más generales, será fundamental impulsar el desarrollo del capital humano, lo que requerirá mayor gasto en educación y salud.

Otras medidas podrían incluir el estímulo de la participación femenina en el mercado laboral y cerrar las brechas de infraestructura entre regiones.

Sobre el sistema financiero que opera en México, el funcionario consideró que el aumento de las tasas globales de interés será manejable para las instituciones.

Matizó en cambio que este entorno puede representar un riesgo para los emisores no bancarios (empresas) que tendrán que operar en un mercado con menos crédito. Esta es una de las razones por las que esperan un menor crecimiento de México.

El Economista