Frente por la familia amaga contra libros de texto: “Provocaremos una detonación nacional”

El Frente Nacional por la Familia estalla contra los libros de la 4T porque, entre otros temas, “contienen una fuerte ideología de género que afectará a nuestros niños”, “los pone a emular un proceso de masturbación con eyaculación” y exalta el “culto al régimen minimizando la enseñanza científica”.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Con todo el apoyo de la jerarquía católica, el Frente Nacional por la Familia (FNF), que aglutina a más de mil organizaciones a escala nacional, emprenderá “fuertes movilizaciones de protesta” en todo el país en caso de que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador “imponga” los nuevos libros de texto gratuito en el ciclo escolar que comienza el 28 de agosto próximo.    

El FNF rechaza principalmente la marcada “ideología de género” que contienen los nuevos libros, pues en ellos –denuncia– se inculca a los niños a elegir el “género” de su preferencia, independientemente de su sexo biológico; se les enseña que una familia puede estar encabezada por dos homosexuales o dos lesbianas –la “homoparental” o “lesbomaternal”–; y, además, se les adiestra en la práctica de la masturbación y el travestismo, entre otras “innovaciones” pedagógicas.

Rodrigo Iván Cortés Jiménez, dirigente nacional del FNF, adelanta: “No vamos a quedarnos de brazos cruzados si al inicio de clases se comienzan a utilizar estos libros aberrantes. ¡No! ¡Nada de eso! Vamos a realizar fuertes movilizaciones de protesta en los distintos estados. Provocaremos una detonación a nivel nacional”.

–¿Por qué tanto rechazo a los nuevos libros?

–Principalmente porque, en materia de educación sexual, contienen una fuerte ideología de género que afectará mucho a nuestros niños. Les causará mucha confusión sobre su sexualidad. Ahí hasta se les pone a emular un proceso de masturbación con eyaculación incluida. ¡Es terrible! Esos libros contienen además un exaltado culto al régimen y minimizan la enseñanza científica. Y esto es sólo la cuestión del fondo, de su contenido.

“Aparte incumplieron con la cuestión de forma al pasarse por alto todos los requisitos legales. Para su elaboración no fuimos consultados los padres de familia ni tampoco los expertos; no hubo revisiones ni programas de estudio. Por estas violaciones una jueza determinó que no debían imprimirse ni distribuirse esos libros. Pero se imprimieron y hoy ya se están distribuyendo. Esto es un doble desacato, un delito.

“Mire, el presidente López Obrador no midió las consecuencias que traerían sus libros de texto porque un papá enojado o una mamá enojada es capaz de cualquier cosa cuando se daña a sus hijos. Sí, definitivamente los padres de familia no vamos a permitir que se afecte el futuro de nuestra niñez… Vamos a movilizarnos”.

Cortés Jiménez. «El presidente no midió las consecuencias». Foto: frentenacional.mx/

Cortés Jiménez recuerda que la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) – organización que interpuso el amparo contra los libros de texto y a la cual le fue concedido por la jueza Yadira Medina Alcántara– pertenece al FNF, al igual que otras organizaciones de padres que trabajan conjuntamente en ese colectivo, integrado sobre todo por grupos de inspiración católica, cuyo objetivo final “es defender a la familia”.

Insiste: “Mire, detrás de la solicitud de amparo que presentó la Unión Nacional de Padres de Familia estamos todos los grupos aglutinados en nuestro frente. Siempre hemos trabajado en total sinergia”.

Y agrega que la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), conformada por alrededor de 150 obispos y arzobispos, igualmente brinda su respaldo al FNF. “Estamos en sintonía y en permanente contacto con el episcopado”.

 

El llamado de la Iglesia

En efecto, esta sintonía quedó demostrada en un pronunciamiento de la CEM emitido el 1 de agosto último, en el cual pide suspender la distribución de los libros de texto, como lo ordena el Poder Judicial. “Reconocemos el esfuerzo actual de la misma sociedad civil, así como de académicos, en su preocupación por la expedición de los libros de texto, situación que tendrá que resolver el Poder Judicial”.

En concreto, la cúpula eclesiástica apoya el fallo de la jueza Yadira Medina Alcántara, del Juzgado Tercero de Distrito en Materia Administrativa de la Ciudad de México.

Frente Nacional por la Familia. Pugna contra la 4T. Foto: Yahir Ceballos 

Pero además, la CEM también llama al gobierno de la Cuarta Transformación a “revisar” el sistema educativo, debido a sus múltiples carencias. Y enumeran algunos problemas por resolver: 

“El abandono escolar, la dificultad para regularizar los ciclos y los aprendizajes, el cuidado de las condiciones socioemocionales, principalmente, pero no exclusivamente de los estudiantes”. 

También le piden al gobierno federal un impulso a la cultura de la paz y a la calidad educativa, el correcto uso de las nuevas tecnologías, que dé atención prioritaria a la primera infancia, el analfabetismo en adultos, la reactivación de un sistema de información y evaluación educativa, la recuperación de la infraestructura educativa y la promoción de una verdadera participación social.

Son los padres de familia –concluye la CEM en su pronunciamiento– los “primeros responsables” de la educación de sus hijos, pues deben enseñarles valores “esenciales”, como “el respeto”, el “compartir”, la “colaboración”, el “ejercicio de la caridad”, la “acogida del otro” y la importancia del “diálogo y el encuentro”.       

Ramírez Amaya con los nuevos libros de texto. «Sin planes de estudio». Foto: Montserrat López

Manualidades polémicas

Por su parte, el encargado de despacho de la presidencia de la UNPF, Israel Sánchez Martínez, coincide en que la Secretaría de Educación Pública (SEP) está cometiendo un doble “desacato” al imprimir y ahora distribuir los libros. “Ese material no debe llegar a las escuelas porque viola la normatividad establecida, y son además libros improvisados por no tener planes ni programas de estudio”, dice tajante.

Desmiente así a la titular de la SEP, Leticia Ramírez Amaya, quien en Palacio Nacional está dando conferencias informativas para defender los libros, asegurando que cumplen con todos los requisitos legales y fueron elaborados mediante un amplio consenso social. Por lo tanto –adelantó la funcionaria–, van a utilizarse en el ciclo escolar 2023-2024.   

Estas posiciones encontradas, comenta Sánchez Martínez, causan que muchos padres de familia vivan “en la incertidumbre” y sin saber qué hacer. Por eso la UNPF actualmente despliega una campaña informativa para alertarlos sobre los riesgos que conllevan esos libros.

“Elaboramos incluso una infografía donde les explicamos la problemática. Por lo pronto esa información ya se la dimos a 200 mil padres de familia que se acercaron a nosotros. Queremos que lo sigan haciendo. Nuestra función es orientarlos”.       

–Faltan, sin embargo, pocos días para el reinicio de clases, el tiempo apremia. Si ustedes rechazan los nuevos libros, ¿con qué material educativo proponen sustituirlos?

–Con los libros del ciclo anterior. Así de sencillo. Es, incluso, la recomendación que nos dan los expertos. Eso sí, no permitiremos que a nuestros hijos les impongan los nuevos libros de texto… ¡jamás!

Por su cuenta, la Red Familia, otra organización afiliada al FNF, recopiló de los nuevos libros los contenidos en educación sexual que rechazan tajantemente por su fuerte carga de “ideología de género”.  

Por ejemplo, en el libro Múltiples lenguajes, de primer grado de primaria, se les informa a los niños que el “concepto de familia ha cambiado a lo largo de las décadas”, y ahora existe la familia “homoparental”, encabezada por dos homosexuales, y también la “lesbomaternal”, por dos lesbianas.

En el libro Nuestros saberes, de quinto grado, se les instruye en el significado de los siguientes conceptos: “identidad de género”, “expresión de género”, “orientación sexual” y “diversidad de identidad”. Este texto se ilustra con la imagen de dos niñas lesbianas besándose en la boca, bajo la figura del arcoíris, símbolo de la diversidad sexual.

En la imagen, una de las ilustraciones que rechaza el FNF. Foto: Especial 

Y para que vayan descubriendo cuál es su verdadera identidad de género, al margen de su sexo biológico en el libro Proyectos escolares, también de quinto de primaria, se les pone a practicar un juego llamado “feria de identidades”, el cual consiste en que los niños se vistan de niñas, y al revés, las niñas de niños, ya que –instruyen los libros– “todxs tenemos algo de femenino y algo de masculino”. Aquí lo importante es que “las niñas y los niños se vistan o expresen su identidad como quieran”.  

Mientras que en el libro Proyectos de aula, del mismo grado de primaria, a niños y niñas se les enseña una novedosa manualidad; construir un “pene erecto” (con un palo de madera, cartón y una pequeña manguera) que termine eyaculando, para ello los menores deben utilizar agua con pintura blanca para emular el color lechoso del semen.             

Además, los nuevos libros de texto ya están redactados con un lenguaje que da cabida a todos los miembros de la comunidad LGBTTTI, de ahí que se valga de términos como “elles” y “todxs” para abarcar a toda la diversidad. Hasta en la “presentación” de los libros se les pide a los niños que “todxs merecen que los reconozcas”.  

Sin embargo, en su análisis de estos contenidos, la organización Red Familia advierte que la Real Academia Española, en un informe de 2020, descalificó el uso de las letras “e” y “x” para incluir a las personas de distinto género, porque ese lenguaje –argumentó la Academia– se aparta de la “morfología del español”. 

Sobre estos contenidos, Cortés Jiménez reitera indignado: “¡Todo esto es aberrante! Los nuevos libros, a través de esta ideología de la confusión de género, inducirán a nuestros hijos a la práctica de la masturbación y el travestismo. Los padres de familia no lo vamos a permitir.

“También le estamos pidiendo a cada gobernador, a cada Secretaría de Educación estatal y a cada Congreso local que paren toda esta locura, creada por una camarilla de funcionarios improvisados que sólo están resquebrajando la educación pública en México”, concluye Cortés Jiménez.

Proceso