Héctor Zuno: Colosio, ¿para Monterrey o para México?

Estamos en presencia quizá, del único personaje que además de AMLO, puede generar esperanza y altas expectativas entre los mexicanos. Luis Donaldo Colosio poco a poco se está convirtiendo en una posibilidad real de ser una carta fuerte de cara al próximo proceso electoral.

Desde hace algunos meses se viene hablando de la posibilidad de que Luis Donaldo Colosio se lance como candidato de oposición a la presidencia de México. Idea que paulatinamente va creando a su paso un gran debate y sin duda una coyuntura entre los actores políticos a nivel nacional.

Estamos en presencia quizá, del único personaje que además de AMLO, puede generar esperanza y altas expectativas entre los mexicanos. Luis Donaldo Colosio poco a poco se está convirtiendo en una posibilidad real de ser una carta fuerte de cara al próximo proceso electoral.

Ante esto, la pregunta que todos se están planteando es ¿debería LDC lanzarse a la presidencia en el 2024 o debería esperarse un sexenio más?

Hay razones para alimentar ambas alternativas.

Es imposible negar que a este punto ya ha demostrado de buena capacidad para desempeñarse en cargos públicos. Desde que fungió como diputado local y líder de la bancada de MC en Nuevo León, dejó en claro que su estilo personal de gobernar, se sostiene sobre su firme carácter y apunta en dirección a devolverle la dignidad a la política.

Ahora como edil de la capital regiomontana ha distinguido a su gobierno por dos factores que no se habían visto antes: hacerle frente a la corrupción de las administraciones pasadas e incorporar a la agenda pública, con planeación y solidez, temas como la innovación gubernamental y la inclusión de minorías.

En contra de todas las costumbres que históricamente han distinguido al regiomontano, LDC ha apostado por la corriente que más peso genera en el ámbito público actualmente: la igualdad y la inclusión.

Su gobierno se sostiene sobre la idea de empoderar al ciudadano y es, a mi juicio, uno de los pocos alcaldes de México que en este pasado 2021 llegaron al poder con una visión diferente de lo que se puede lograr en una sociedad.

En un plano más amplio, la fortaleza de LDC en encuestas rumbo a la presidencia radica en que él representa para el imaginario colectivo del mexicano, algo único y difícil de igualar narrativamente. Se trata del hijo de una leyenda que soñaba con gobernar México, cuya historia quedó inconclusa, en puntos suspensivos.

El heredero de una promesa sin cumplir: transformar al sistema político mexicano desde adentro. Crear un nuevo México que sea realmente para todos y todas.

Por otro lado, hay otros dos factores importantes a considerar antes de tomar cualquier decisión: el “timing” y la estructura política y de relaciones.

Sobre el primero, no cabe duda de que los astros se están acomodando para dejar a LDC en un escenario bastante favorable. Diversas encuestas lo posicionan con porcentajes que le dan para competirle a Morena y en la oposición no hay ninguna figura presidenciable. Es decir, alguien que haya demostrado tener la capacidad de gobernar, que pueda competir contra la figura de AMLO y que además tenga la confianza y la aceptación de la gente.

En aprobación y popularidad, la oposición está aplastada frente a López Obrador, pero este 2024 López Obrador no va a la boleta y eso abre un hueco discursivo y de gobernabilidad que puede ser ocupado por la oposición si eligen al candidato adecuado.

En cuanto a la estructura política y de relaciones, LDC deberá evaluar seriamente si cuenta con el andamiaje político necesario, no solo para llegar a la presidencia, sino para gobernar el país.

El nivel de legitimidad y de capital político que se requiere para gobernar México, es algo poco dimensionable para la mayoría de nosotros, pero es un factor crucial para llegar y gobernar (bien). La capacidad para crear consensos, unir grupos antagónicos y tomar decisiones de ese calibre son cosas que no se deben de tomar a la ligera.

LDC tendrá que evaluar si lo mejor es llegar ya o llegar bien. Tomando en cuenta que mientras más tiempo pase, más oportunidad tendrá de fortalecer su estructura política a nivel nacional, sus relaciones con los grupos de poder y su visión de gobierno.

No es que todo esto sea indispensable para ser Presidente, algunos han hecho más con menos y otros han hecho menos con más, pero todos los elementos cuentan.

Difícil tarea le queda por delante al actual alcalde de Monterrey, pues a la par de tomar esta decisión deberá trabajar bajo la presión y escrutinio de la opinión pública nacional que estará expectante de cada paso que dé.

Los demás, estamos cada día más cerca de saber si un nuevo México renacerá en Monterrey.

El Financiero