En diálogo con Infobae, Candice Welsch, representante de la Oficina contra la Droga y el Delito para la región Andina y el Cono Sur, se refirió también a otros desafíos como la corrupción y el aumento de la producción de drogas sintéticas
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) alertó sobre la expansión del narcotráfico y la violencia producida por el crimen organizado en América Latina. La Oficina contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) aclaró, no obstante, que esos no son los únicos desafíos que debe afrontar la región. Al respecto, también puso el foco en graves problemas que están creciendo como la corrupción, el tráfico de armas, la trata de personas, y el preocupante crecimiento en el consumo de drogas ilícitas.
En el marco de su viaje a Buenos Aires para la firma del primer proyecto conjunto contra las drogas entre la ONU, Estados Unidos y Argentina, la representante de la UNODC para la región Andina y el Cono Sur, Candice Welsch, encabezó un encuentro del que participó Infobae.
La funcionaria canadiense sostuvo que la estructura del narcotráfico “es mucho más compleja” en la actualidad que en épocas anteriores: “Un Pablo Escobar tenía control de toda la cadena de producción hasta las ventas finales. Ahora no, es mucho más complejo que esto. Hay grupos que están cultivando y procesando toda la cocaína. Hay también a nivel transporte. Otros grupos se ocupan de la distribución”.
Según detalló, “hay grupos totalmente nacionales, y otros que tienen una red regional”. Advirtió, además, que muchas veces se producen conflictos de intereses entre esas organizaciones criminales, lo que lleva a múltiples hechos de violencia. “Si miramos, por ejemplo homicidios, los peores están en México, pero hay también en Colombia y en muchos otros países. Latinoamérica es la peor región en el mundo a nivel de homicidios. Esto muestra el impacto de las drogas y la criminalidad que hay en la región”.
En el marco del encuentro que encabezó en la capital argentina, Welsch dialogó con Infobae y remarcó la necesidad de trabajar conjuntamente entre organismos internacionales y los países para contener los crecientes hechos de violencia. “Una cosa que he visto es que los países del Cono Sur antes estaban un poquito protegidos de lo peor, de la violencia… Ahora vemos que hay riesgos de esto aquí también en el Cono Sur. Por eso es importante reforzar los programas que tenemos en la región, y poder prevenir problemas tan serios como los hay en otros países más al norte”.
Si bien sostuvo que hay países en los que los niveles de homicidios han bajado, como el caso de Colombia, reconoció que en otros casos ha habido retrocesos significativos. Uno de ellos es Haití, país al que viajó la representante de UNODC antes de asumir el cargo: “Es una situación horrible y tan triste realmente, es control total de los gangsters que están ahí, es horrible”.
Haití vive una escalada de violencia tras el asesinato del presidente Jovenel Moise (REUTERS/Ricardo Arduengo)
Welsch reconoció que para que esta estructura criminal funcione, estos grupos sacan provecho de la corrupción: “Para facilitar todo eso necesitan lavar todo el dinero que viene del narcotráfico. Muchas veces hay otros actores que ayudan con esta parte y para facilitar todo esto hay también corrupción”.
Consultada por este medio sobre cómo trabaja su Oficina con gobiernos que están señalados de tener estrechos vínculos con el narcotráfico, como Venezuela y Bolivia, entre otros, la funcionaria comentó que desde Naciones Unidas trabajan “con muchas autoridades diferentes”: “Por ejemplo, en Colombia tenemos trabajos con ministros, departamentos, municipios… La idea es apoyar sus esfuerzos pero también comprender lo que está pasando y de tener siempre un enfoque sobre anticorrupción”.
“Hay países por el momento donde no trabajamos con proyectos específicos, pero hay siempre responsabilidades; apoyamos mecanismos de evaluación, de implementación, de convenciones…”, agregó.
Según opinó, la corrupción “facilita todos los tipos de criminalidad”.
Durante su presentación, comentó que en 2021 se registró “un aumento importante” en las hectáreas de producción en los países que cultivan cocaína. El mayor incremento se dio en Colombia, con un 40%; seguido por Perú (30%) y Bolivia (4%). Luego, apuntó, están los países considerados “de tránsito”, entre los que se destacan Ecuador, Brasil, México, y más recientemente Argentina.
El flujo va, principalmente, hasta el norte de América (Estados Unidos y Canadá), y hacia Europa: “Pasan por África para entrar en Europa, y eso tiene consecuencias muy graves, porque en el África Occidental son países muy pobres y no tienen suficiente capacidad de enfrentar este problema. Eso lleva a un aumento de la violencia, del consumo problemático de drogas, y de la corrupción”.
La especialista señaló que Norteamérica sigue siendo el mercado más grande, seguido de Europa, pero advirtió que en Sudamérica también es “muy grande”: “Creo que tenemos tendencia a olvidar esto, de pensar que es Norteamérica y Europa. Pero también hay un consumo problemático en la región”.
Sin embargo, aclaró que la cocaína “no es el único riesgo en la región”, ya que las organizaciones criminales constantemente buscan innovar en la producción de drogas sintéticas y sustancias psicoactivas. “Vemos en muchas partes del mundo que el mercado de drogas sintéticas es súper importante, con daños e impactos muy negativos. Hasta ahora no es un problema tan serio aquí en la región de Sudamérica, pero hay riesgos”.
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Citó como ejemplo el caso del fentanilo en Estados Unidos, y señaló que hasta fines de 2021 había más de 1.100 sustancias nuevas.
La UNODC no sólo busca detectar los precursores químicos para la producción de drogas sintéticas, sino también los “pre-precursores químicos”.
Por su parte, Welsch aclaró que el problemas de las drogas no es el único desafío de la región, sino también la lucha contra la “delincuencia organizada transnacional”. “El tráfico de armas es otro grave problema en la región. Hay muchos otros tipos de tráficos: la trata de personas que está afectando a todos los países de adopción y está igualmente cambiando. Vimos, por ejemplo, trata de personas que vienen desde otra regiones hasta aquí. Igualmente, hay muchos delitos ambientales, que son importantes para el futuro de todo el planeta: vemos mucha tala ilegal, minería ilícita, y también de tráfico de fauna. Todo esto tiene un impacto terrible en la región”, añadió.
La representante de la UNODC dijo que la prioridad ante esta serie de desafíos es la de “reforzar la prevención y la justicia penal”: “Muchas veces olvidamos que es más importante prevenir que tratar de combatir algo después”. Para eso, destacó que la ONU trabaja para “reforzar la capacidad de las autoridades” de los gobiernos “en todos los niveles”, y afirmó que también trabajan de cerca con la sociedad civil, la Academia y el sector privado. “No podemos hablar de corrupción sin también pensar cómo vamos a trabajar con el sector privado. La sociedad civil es un actor clave en todo esto”, concluyó.
Info BAE