Los terremotos de Turquía y Siria abrieron dos fisuras de más de 100 km de largo

Las fisuras que se abrieron a causa de los terremotos de Turquía y Siria fueron de 300 y 125 km de longitud. Aquí los detalles al completo.

Los terremotos de Turquía y Siria, que sacudieron a ambos países el lunes 6 de febrero, han dejado hasta el momento un saldo de más de 20.000 personas muertas. Estos temblores, además de dejar pérdidas humanas y materiales, provocaron considerables fracturas en la tierra, a juzgar por imágenes de satélite dadas a conocer de manera reciente.

Investigadores del Centre for the Observation & Modelling of Earthquakes, Volcanoes & Tectonics (COMET) del Reino Unido descubrieron las grietas al comparar las imágenes de la zona cercana a la costa mediterránea tomadas por el satélite europeo de observación de la Tierra Sentinel-1, antes y después de los devastadores seísmos.

Dos grietas en la corteza terrestre se abrieron en el devastador terremoto que sacudió Turquía el lunes 6 de febrero, según creen los satélites. (Crédito de la imagen: Copernicus/NERC/COMET)

Dos notorias fracturas

La más larga de las dos rupturas se extiende 300 kilómetros en dirección noreste desde el extremo nororiental del mar Mediterráneo. El primero de los dos temblores fue el encargado de abrir esta grieta. El movimiento tuvo un registro de magnitud 7,8 que se produjo a las 4:17 hora local (8:17 p.m. EST del 5 de febrero).

La segunda grieta, de 125 km de longitud, se abrió durante el segundo temblor, de magnitud 7,5, unas nueve horas más tarde, según informó el COMET en un tweet el viernes (10 de febrero).

Desde los incidentes, satélites de organismos gubernamentales y empresas privadas evalúan los daños. Según la NASA, los seísmos se produjeron a lo largo de una falla a 18 km bajo la superficie. Esta escasa profundidad hizo que los temblores se propagaran con una fuerza incontrolable, extendiéndose a cientos de kilómetros del epicentro.

Geografía peligrosa

Turquía y Siria se asientan sobre una zona donde confluyen tres placas tectónicas: la de Anatolia, la de Arabia y la de África, lo cual hace que sean zonas propensas a sismos de carácter devastador, en especial en el primer país.

“Fueron terremotos muy grandes y potentes que se rompieron hasta la superficie a lo largo de una larga serie de segmentos de falla”, dijo en el comunicado Eric Fielding, geofísico del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.

“Esto generó sacudidas extremadamente fuertes en una zona muy extensa que afectó a muchas ciudades y pueblos llenos de gente. La longitud de la ruptura y la magnitud del terremoto de magnitud 7,8 fueron similares a las del terremoto de 1906 que destruyó San Francisco.”

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