El artista ha fallecido en El Cairo a los 69 años víctima de un infarto
Franco Dragone, uno de los creadores del Circo del Sol y director de varios de sus espectáculos como ‘Alegría’ o ‘Mystère’, ha muerto en El Cairo (Egipto) a los 69 años, víctima de un infarto. Dragone se encontraba en Egipto por motivos de trabajo; la semana pasada asistió en Bélgica al estreno de su espectáculo ‘Decrocher la lune’.
«Cirque du Soleil está de luto -ha publicado en sus redes sociales la compañía canadiense-. Nos entristece profundamente la noticia del fallecimiento de Franco Dragone. Nuestros corazones están con sus amigos, su familia y toda la organización Dragone. Franco era un icono de la industria. Responsable por algunas de nuestras producciones más exitosas, como ‘Nouvelle Expérience’, ‘Alegría’, ‘Mystère’, ‘O’ y ‘La Nouba‘, ha contribuido de forma inestimable al éxito de Cirque du Soleil. Su fallecimiento es una pérdida no sólo para su familia, sino para toda la industria. Como muestra de respeto, las representaciones de ‘Mystère’ y ‘O’ esta noche en Las Vegas estarán dedicadas a la obra de su vida».
Franco Dragone había nacido el 12 de diciembre de 1952 en Cairano, en el sur de Italia. A los siete años se trasladó con su familia a Bélgica. , donde estudió teatro en el Conservatorio Real de Mons Belga. En los años ochenta viajó a Montreal, Canadá, donde Guy Caron le invitó a participar en distintos talleres en la Escuela Nacional de Circo de aquel país. Guy Laliberté vio en 1984 el espectáculo que Dragone creó para uno de esos talleres y le propuso unirse, a él y a Caron, nombrado director artístico, al recién creado Cirque du Soleil.
Entre 1985 a 1998 Dragone dirigiría varios espectáculos del Circo del Sol y desempeñó un papel importante en el desarrollo de la fusión de teatro y espectáculo circense. En la década de los años noventa la reputación de Dragone creció con la producción de ‘Nouvelle Expérience’ y ‘Saltimbanco’, producciones de circo no tradicional en el que la danza posmoderna, música y acrobacias circenses se entrelazan con una narrativa onírica.
Vendrían después ‘Mystère’, uno de los espectáculos permanentes en Las Vegas, y que ayudó a cambiar el panorama de la ciudad en cuando a la industria del entretenimiento. Montó también allí ‘O’, y se le considera un verdadero revolucionario del mundo del espectáculo. Más de 40 millones de personas han visto las creaciones de Dragone en todo el mundo.
La CNN afirmó que Dragone fue «uno de los arquitectos clave del estilo teatral del Circo del Sol», y que «mientras que la firma del Circo del Sol era el circo contemporáneo, el trabajo en solitario de Dragone encarna más el teatro, la danza y, por supuesto, el agua».
En el año 2000 dejó el Circo del Sol y formó su propia compañía llamada Franco Dragone Entertainment Group (más tarde abreviada como Dragone), con sede en su ciudad natal de La Louvière, en Bélgica. Trabajó entre otros con Céline Dion, para quien creó su espectáculo ‘A New Day’, que estuvo durante cuatro años en Las Vegas.
En 2013 Antonio Najarro, director del Ballet Nacional de España, le llamó para dirigir su espectáculo ‘Sorolla’, con el que se rindió homenaje a nuestro folclore a través de las pinturas del artista valenciano.
En 2012, el grupo empresarial de Dragone fue investigado por las autoridades belgas por «delitos fiscales internacionales graves y organizados» y por blanqueo de dinero. En una rueda de prensa en la que abordó la investigación en enero de 2013, Dragone afirmó que el objetivo de crear una estructura internacional no había sido cometer un fraude, sino evitar la doble o triple imposición por parte de diferentes países. Añadió que estaba dispuesto a cambiar la estructura de sus negocios para ofrecer más transparencia.
En los últimos años, Franco Dragone trabajó fundamentalmente en grandes espectáculos en Oriente Medio y Asia, en ciudades como Abu Dabi, Macao o Dubai. Estos espectáculos se han caracterizado por su gran formato y espectacularidad. ‘La Perle’, presentado en un nuevo teatro del mismo nombre, en Al Habtoor City, en Dubai, incluye acrobacias con ðartistas que vuelan por el escenario a 15 kilómetros por hora antes de lanzarse desde una altura de 25 metros a la piscina de 860 metros cuadrados y aparentemente desaparecer, para volver a tierra firme segundos después». La creación del espectáculo costó 400 millones de dólares.