¿Por qué llegó el sha de Irán a México? El exilio del último rey persa que lo llevó a Cuernavaca

El exilio del sha de Irán en México lo condujo hasta Cuernavaca. Descubre los pormenores del último rey persa y su paso por tierras mexicanas hasta su muerte en Egipto.

El 11 de junio de 1979, Mohammad Reza Pahleví y su familia aterrizaron en un avión privado en la Ciudad de México. El exilio del sha de Irán en México continuaba tras la revolución islámica, que acabó con su reinado e instauró la república en su país.

El último sha (rey) persa había salido de Irán el 16 de enero de 1979. Pahleví estuvo en tres países antes de que el presidente López Portillo lo invitara a tierras mexicanas; esto ocurrió gracias al apoyo de empresarios estadounidenses y la intervención del diplomático Henry Kissinger.

El destino del avión era Acapulco, donde una hermana del sha tenía una casa. Sin embargo, la familia imperial ingresó al país con pasaportes de turistas; finalmente, abordaron una limusina hacia CuernavacaMorelos, la ciudad que sería su hogar hasta octubre de 1979.

La Torre Azadi, en el centro de Teherán, fue inaugurada por el sha de Irán durante las celebraciones por los 2500 años del Imperio persa, en 1971.
La Torre Azadi, en el centro de Teherán, fue inaugurada por el sha de Irán durante las celebraciones por los 2500 años del Imperio persa, en 1971.iStock.

La revolución islámica y la caída del sha de Irán

Persia se convirtió en Irán en 1925 bajo el mando de la dinastía Pahleví. El país era una nación occidentalizada de la que el sha (rey) Mohammed Reza asumió el poder en 1941; no obstante, su coronación fue hasta el 26 de octubre de 1967.

El sha tuvo rencillas por el poder una década tras asumir el mando, lo que ocasionó un breve golpe de estado en 1953. Sin embargo, con apoyo del clero iraní, Estados Unidos y la CIA, el monarca regresó al trono en pocos meses.

A pesar del conflicto, el sha nunca extendió el estatus elitista de la corte a los tecnócratas e intelectuales; esto ocasionó irritación en la sociedad y sentó las bases para el rencor que terminaría por arrebatarle el trono nuevamente. Tiempo después, el último rey de Irán hallaría refugio en México.

El ayatollah contra el sha

En la década de 1970, Irán tuvo un crecimiento económico que le llevaría a ser una nación de Primer Mundo. Por ello, el sha realizó una ceremonia en conmemoración del 2,500 aniversario del Imperio persa (estimado en 5 millones de dólares), como despliegue del crecimiento del país. Pero las festividades solo sumaron rencor a la población.

Junto a la represión política, estas debilidades fueron explotadas por el ayatollah Khomeini, un líder religioso que emergió como figura de oposición prominente contra la monarquía. Fue especialmente cobijado entre los sectores islámicos más ortodoxos.

El sha tomó medidas para democratizar el país, pero estas no convencieron al pueblo, por lo que se iniciaron manifestaciones que desataron masacres en 1978. Para octubre de ese año, Pahleví dio amnistía a los exiliados. Un mes después, dijo estar preparado para hacer reformas y liberar a los presos políticos.

Sin embargo, los disturbios finalmente lograron su cometido: Pahleví dejó el poder. Antes del exilio que lo llevaría a México, el sha le dijo al primer ministro iraní: “Dejo Irán en su cuidado, el suyo y el de Dios”. Fue derrocado el 1° de abril tras un referéndum que instauró la actual política interior y exterior en la nueva república de Irán.

Desde 1980, los restos de Mohammad Reza Pahleví, el último sha de Irán, descansan en la mezquita Al-Refa’i en El Cairo, Egipto.
Desde 1980, los restos de Mohammad Reza Pahleví, el último sha de Irán, descansan en la mezquita Al-Refa’i en El Cairo, Egipto.iStock.

El sha de Irán en el exilio

El 16 de enero de 1979, el sha y su familia salieron de Teherán hacia Asuán, Egipto, con la excusa de unas vacaciones; ahí los recibió el presidente egipcio Anwar El-Sadat. Esto sucedió luego de que el mandatario de Francia, Valéry Giscard d’Estaing, le negara la entrada a su país.

Mientras el ayatola Jomeni intentaba extraditarlo, la familia imperial se mudó a Marruecos invitados por el rey Hassan II. Ahí, el sha intentó cobrar un préstamo que hizo al rey marroquí por 10 millones de dólares; sin éxito, tuvo que partir a Paradise Island, Bahamas, donde llegó en marzo.

Exilio en México y los años finales del último sha de Irán

Luego de aceptar la invitación del presidente mexicano, José López Portillo, Pahleví vivió cuatro meses en una residencia de lujo en Cuernavaca, Morelos, al sur de la capital. La mansión tenía un equipo de protección de 70 personas, y fue un sitio de fiestas y reuniones con personajes como el expresidente estadounidense Richard Nixon.

Sin embargo, la salud del último sha persa comenzó a menguar debido a la leucemia linfática crónica que padecía. De hecho, una revisión mostró que también tenía cálculos biliares y una infección que requirió cirugía. Esta se realizó en Estados Unidos el 22 de octubre y fue condenada por Irán; además, supuestamente fue la causa de que Irán tomara 50 rehenes de la embajada estadounidense en Teherán.

Aunque el sha de Irán quería seguir su exilio en México, el país ya no pudo acogerlo. Así que, el 15 de diciembre de 1979, partió hacia la isla Contadora, en Panamá; ahí permaneció como una suerte de refugiado y dio su última entrevista a la BBC.

El presidente egipcio Anwar El-Sadat renovó a los Pahleví su oferta de asilo permanente, la cual aceptaron en marzo de 1980. Meses después, el 27 de julio, Mohammad Reza Pahleví falleció a sus 60 años. Ya que nunca pudo regresar a Irán, hoy sus restos descansan en la mezquita Al Rifa’i, en El Cairo, Egipto.

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