¿Por qué se fue Tatiana Clouthier? 

AMLO no quedó nada complacido con la salida de Tatiana Clouthier de su gabinete y Tatiana se fue muy enojada de la mañanera. 

Ambos tienen sus motivos y ambos (a su manera), tienen razón. El error de Tatiana no fue renunciar a su cargo como titular de Economía. El error de la sinaloense fue aceptar la encomienda. 

Ella, tan enérgica, tan categórica, tan tajante, no supo decir que no. 

En política debe aprenderse a decir que no. Pero Tatiana no es política. Y dijo que sí. Así comenzó el rosario de sus desgracias, sinsabores y quebrantos. El servicio público es ingrato. Y AMLO más.

El Presidente no es un jefe fácil; hay necedad de sobra en su compleja y rebuscada personalidad. Sin  mencionar que el presidente manda señales encontradas y empalma la delegación de tareas entre varios subordinados. Es su estilo personal de gobernar. 

Muchas funciones de Tatiana las hacía Marcelo Ebrard. Muchas funciones del embajador en EUA, Esteban Moctezuma, las hacía Marcelo Ebrard. Y muchas funciones de Tatiana no las hacía nadie. Un enredo de los mil demonios.

En Mayo pasado, Tatiana recibió uno de los peores regaños del Presidente. Como Secretaria de Economía Tatiana anunció la Norma Oficial Mexicana (NOM) 236 para hacer obligatoria la revisión de autos con mas de 4 años de antigüedad. 

AMLO montó en cólera. Dijo que no se le había informado con anticipación sobre la NOM 236 y ordenó que no se publicara en el Diario Oficial de la Federación. Se le pasó la mano. 

“Tatiana no me informó, no estaba ni enterado de eso”, dijo el Presidente visiblemente  descompuesto. Y luego añadió “no vamos a estar bolseando a la gente”. 

Dicho de otro modo, AMLO acusó indirectamente a Tatiana de querer bolsear a los mexicanos. En el vocabulario presidencial, el verbo “bolsear” es uno de los más repudiados. 

Desde entonces “bolsear” ha quedado como un mal recuerdo en la trayectoria política de Tatiana Clouthier.

¿Reviró Tatiana a su jefe cuando insistía con que la seguridad pública no debe quedar en manos militares? No lo sé. No conozco a Tatiana aunque me cae bien, pese a que siempre que nos topamos me saluda diciéndome: “mucho gusto, soy Tatiana”. Creo como ella que militarizar a un país es un terrible error. 

No se cual imagen refleja mas la soledad de un funcionario que se queda sin un cargo: la del jefe que rehuye el abrazo de su subordinada fingiendo que no la ve o la de Tatiana con el cubrebocas puesto y una chamarra en el regazo viendo el celular, sola, sin más compañía que sus pensamientos, sentaba en la sala del aeropuerto. 

Ya Tatiana respondió por Twitter a un periodista impertinente que se.burló de la imagen en el aeropuerto: “No se qué tiene usted conmigo, que le quito mucho tiempo o le pagan para molestar. ¿Cómo estarán sus notas si lo básico no lo checa? El vuelo era a donde vivo y hasta la sala decía: Mty”. 

Pues bienvenida a Monterrey, Tatiana, y sí, una imagen puede ser simbólica y expresar aunque no se quiera, muchos sentimientos encontrados. 

Yo sí le deseo a Tatiana que le vaya bien en sus próximos proyectos. Claudia Sheinbaum le dedicó una despedida cariñosa en Twitter: “Querida Tatiana, tu aportación a la transformación del país es inigualable. Mi reconocimiento, aprecio y admiración siempre. Seguimos juntas en este camino. Abrazo”.

¡Cuidado, Tatiana, si en ese tuit viene implícita una invitación a sumarte a la precampaña de Sheinbaum! No aceptes por nada del mundo ser su jefa de campaña. Hay que aprender a decir que no. Nunca es tarde. Así se ahorra uno muchas mortificaciones sin necesidad.