El cambio de mando en la Cámara Baja obligará al presidente Biden a negociar con la oposición para sacar adelante cualquier proyecto de ley o reforma gubernamental, aun cuando sus correligionarios dominen el Senado.
WASHINGTON (apro).– El partido republicano amarró la mayoría representativa en la Cámara de Representantes del Congreso federal de Estados Unidos, luego de garantizar 218 de los 435 escaños que integran a esa ala legislativa y como resultado de las elecciones intermedias.
El cambio de mando de demócratas a republicanos en la llamada Cámara Baja obligará al presidente estadunidense Joe Biden a negociar con la oposición para sacar adelante cualquier proyecto de ley o reforma gubernamental, aun cuando sus correligionarios dominen el Senado.
Hasta este momento, cuando faltan siete distritos por definirse debido al conteo de los votos emitidos en los comicios del pasado 8 de noviembre, los republicanos ya tienen garantizados 218 lugares de la Cámara de Representantes y los demócratas 210.
No importa ya cuál será la repartición final de las siete curules pendientes, los republicanos alcanzaron la cifra de mayoría y ahora se postulan para ser el parteaguas del poder en Washington, con Kevin McCarthy, representante por California, como el líder que debe negociar con Biden.
McCarthy se postuló entre sus correligionarios para ser elegido presidente de la Cámara de Representantes y reemplazar en el puesto a la demócrata Nancy Pelosi y así convertirse en sustituto constitucional del presidente; después de Kamala Harris, la vicepresidenta.
Lo cerrado de las elecciones de medio periodo o intermedias del pasado 8 de noviembre tomó ocho días exactamente para determinar la balanza de poder en la Cámara de Representantes, luego de que antes de las elecciones los vaticinios eran que los republicanos ganarían todo.
Aunque falta por definirse un puesto del Senado correspondiente al estado de Georgia, donde el 6 de diciembre habrá elección de segunda vuelta, los demócratas tienen ya 50 lugares de los 100 y los republicanos 49, por lo que los primeros por Harris, que es la presidenta del recinto, tienen asegurado el voto que marcará la diferencia.
No será mucha la diferencia entre republicanos y demócratas en la Cámara de Representantes en términos de escaños, por lo que McCarthy, si gana la presidencia, tendría que ser un líder conciliador.
La próxima legislatura federal de los Estados Unidos que entra en función en enero de 2023, con la puja de poder entre republicanos y demócratas, será la antesala de la disputa por la presidencia en los comicios del martes 5 de noviembre de 2024.
Biden, al igual que McCarthy, deberá usar su experiencia de más de tres décadas como senador federal para negociar con los republicanos de la Cámara de Representantes, a menos que opte por que estos le hagan la vida imposible en los dos años que le quedan como primer mandatario.
La estrategia que tomen los republicanos en la Cámara de Representantes definiría el futuro de los que aspiran (por ahora) a ser los candidatos presidenciales del partido: Donald Trump, que ya lo anunció, y los gobernadores Gregg Abbot, de Texas, y Ron DeSantis, de Florida.
Proceso