Se apagó la voz de Elisa Pérez Meza, hija de Luis Pérez Meza

La trovadora sinaloense Elisa Pérez Meza, hija de don Luis Pérez Meza, falleció en Mazatlán a los 80 años de edad.

CIUDAD DE MÉXICO (apro).– El promotor Enrique Aguilar Cruz dio a conocer este viernes la muerte de la trovadora sinaloense Elisa Pérez Meza, hija de don Luis Pérez Meza, fallecida en Mazatlán el jueves 27. Nacida en La Cruz de Elota hace 80 años (si bien ella lucía mucho más joven), las causas de su muerte “aún se desconocen”, según publicó ayer el periódico Noroeste.

Con andar de oleajes y una voz gentil, Elisa fue una fiel luchadora de la canción vernácula mexicana. Creó en su tierra con su esposo músico Hernando Hernández Pérez e hijas (María del Rocío y Barinia) el Centro Cultural El Carro del Sol A.C. en 2016. En el centenario de la muerte de su papá, el también actor Luis Pérez Meza, “El trovador del campo”, Elisa Pérez Meza pugnó por crear el Museo de la Música Sinaloense en Mazatlán y buscó a las autoridades culturales para un homenaje a su progenitor, pero a menudo fue menospreciada (Proceso #2117).

Dijo entonces a este reportero:

“Es una verdadera vergüenza que no sea recordado como merece, tengo que andar día a día mendigando celebrar a Luis Pérez Meza, una estrella perfeccionista y fulgurante que caló los corazones de las personas humildes por su corazón abierto y por fomentar nuestros ritmos y tradiciones… En su trayectoria de medio siglo, mi papá dio a conocer la música de tambora al resto de México, los Estados Unidos, las Filipinas y Europa.”

Poeta de olas altas

En el año 2006, Elisa grabó su quinto disco independiente, “Poeta de Olas Altas”, en conmemoración al cuarto de siglo transcurrido desde la muerte de don Luis (Proceso 1543). Dijo al semanario fundado por Julio Scherer:

“Tuve una infancia difícil y dos cosas me marcaron profundamente, en el sentido de que mi padre… Mi padre, don Luis Pérez Meza, se vino a la Ciudad de México y dejó a mi mamá Carmen Vidrio allá en Mazatlán. Él buscaba el sueño que tenía de cantar y estando yo más grandecita, él me trajo entre 1951 y 1956 a vivir acá al D.F., donde disfruté la opulencia…”

El otro recuerdo es de Jorge Negrete, con quien Luis Pérez Meza actuó en la filmación de “Allá en el Rancho Grande” (1949):

“Tenía 9 años. El inmortal charro cantor me preguntó si quería cantarle a él algo tierno, y le contesté que sí. Pidió al Mariachi Vargas de Tecalitlán que me acompañara y canté una romántica de María Grever, ‘Por si no te vuelvo a ver’. Les gustó a todos y mi tío Toño escuchó cuando Jorge Negrete comentó a mi papá: ‘Oye, Nacho (Luis Pérez Meza se llamaba Ignacio), ¡esta niña tiene un timbre muy especial, ponla a estudiar canto’.

“Yo me casé muy joven, adquirí compromiso con mis cinco hijos, me divorcié… En la Universidad Autónoma de Sinaloa conformé mi primer taller de música, yo cantando folclor, trova, románticas y no tanto el rock, aunque soy fiel admiradora de Los Beatles. Organicé el primer homenaje a papá en Cosalá, presentando el libro sobre su vida ‘Y sigue la yunta andando’, de mi compañero y músico Hernando Hernández que editó la Universidad Pedagógica Nacional en 1991.”

Ese año selló la vida de Elisa, pues tomó clases de canto. Debutó con el LP “El compromiso”, mariachi y trova; continuó con “Románticos de Sinaloa”, poesía musicalizada de sus lares.

“En el tercer álbum le rendí tributo a mi papá con el grupo Nidart y la banda Ritmo de la Costa, ‘Recordando al trovador’ (Pacmyc/Difocur, 2000). Mi plato láser ‘Perfecto insomnio’ es de 2003, música tradicional y contemporánea sinaloense, jazz, son y tambora, con textos del dramaturgo Óscar Liera y Dámaso Murúa con música de Hernaldo.”

Educando a papá

“Poetas de Olas Altas” (Alerta/ Difocur/ Gestores del Patrimonio de Mazatlán) fue un esfuerzo artístico bastante ambicioso de la trovadora. En el texto introductorio del disco, a cargo de Ernesto Hernández Monroy, presidente de la Sociedad Histórica Mazatleca, la grabación es definida como “fruto de una investigación sistemática que dejó una pléyade de poetas que en distintos momentos, entre finales del siglo XIC y la primera mitad del siglo XX cantaron a Mazatlán.”

Para 2016, Elisa regresó a la capital y presentó, con el guitarrista Jorge Montemayor, su CD del año 2015 “Excursiones”. Se le preguntó entonces por qué había cerrado el Museo Luis Pérez Meza en Mazatlán y ella respondió:

“Pasamos por situaciones económicas muy difíciles, sin obtener nunca las ayudas prometidas del gobierno ni de las instituciones culturales del país, a quienes solicitamos sumarse al proyecto en montonal de ocasiones… A la postre nos fuimos desgastando, hasta que no pudimos más.”

De carácter emprendedor, temple amistosamente cálido, aunque en sociedad su carácter aparentaba ser un fuego quieto, la guapa Elisa Pérez Meza fue una artista por méritos propios quien siempre guardó un enorme cariño al creador de “El barzón”. Decía:

“No es una carga ser hija de Luis Pérez Meza, porque a donde quiera que me he parado a cantar, sea la República Mexicana, Canadá donde vive una de mis hijas, o Los Ángeles, es una puerta abierta hablar de él y es como tenerlo conmigo. Mi papá creía que la cuestión comercial para la mujer artista era demasiado dura, consideraba que muchas intérpretes llegaban ‘por pura putería’ y no por su talento ni por su preparación cultural. De ahí su prohibición a que yo cantara.”

Un día, ella por fin desplegó las alas y lanzó sus penas al viento. Antes de salir por primera vez al gran escenario del mundo, pensó en don Luis.

“Quería llorar, ¿y sabes lo que hice? Como en una oración, comencé: ‘Papá, padre mío, ayúdame… Yo sé que nunca quisiste que hiciera esto, pero es lo que a mí me encanta, es mi ofrenda para ti’. ¡Y me salió la voz! Como si hubiera oído mi plegaria, le escuché decime: ‘Adelante, Elisa, vive tu sueño que fue el mío cuando abandoné mujeres y familia para sacrificar todo por la música. La gente lloró, bailó y coreó conmigo sus éxitos: ‘El nuevo Heraclio Bernal’, ‘El sinaloense’, ‘El barzón’, ‘El quelite’, ‘Mi gusto es’, ‘Los vergelitos’, ¡fue algo apoteótico!”

Antes de la epidemia de covid-19, Elisa Pérez Meza vino a la Ciudad de México para anunciarle a Enrique Aguilar Cruz que se retiraba y le dijo que había llegado una última vez a la capital “para decirle adiós a los muchachos”.

Proceso