En la carrera por el Senado de la República, Waldo Fernández y Karina Barrón ya se quitaron la máscara y han optado por un enfoque que deja mucho que desear. En lugar de presentar ideas innovadoras y propuestas concretas que puedan beneficiar a Nuevo León y sus ciudadanos, ambos candidatos han decidido sumergirse en un juego de críticas vacías y ataques personales contra sus oponentes del Movimiento Naranja, los obvios líderes de la contienda.
Es más, está de más decir que Luis Donaldo Colosio y Laura Herrera son los líderes indiscutibles de la carrera con rumbo al senado, porque de hecho lo son.
Da pena…
En un espectáculo lamentable, Waldo, supuesto miembro del partido Morena, ha recurrido a una encuesta dudosa y poco transparente para intentar destacar la problemática de la inseguridad en Nuevo León, mientras que la inefable Karina Barrón, representante del PRI, ha insinuado que su contrincante, “El Hijo de la Leyenda”, no necesita el apoyo de los votantes para asegurar su lugar en el Senado.
¿O sea que Karina ya se da por vencina?
Esta estrategia política carente de sustancia solo demuestra la falta de compromiso de Karina y Waldo (cada uno por su lado) con las necesidades reales de la población. En lugar de ofrecer soluciones tangibles a los desafíos que enfrenta Nuevo León, —que no son pocos— optan por un burdo intento de desviar la atención hacia chismes y ataques personales, ignorando por completo las preocupaciones legítimas de los votantes.
Karina y Waldo, les tengo noticias: Los ciudadanos de Nuevo León merecen más que eso. Los ciudadanos nuevoleoneses quieren y requieren líderes que estén dispuestos a abordar los problemas de frente y a proponer soluciones concretas y viables.
Porque la política no debería ser un concurso de popularidad o un juego de tronos, sino un compromiso serio con el bienestar de la sociedad.
Es hora de que Fernández, Barrón y otros candidatos émulos, pongan fin a esta farsa y comiencen a tomar en serio su responsabilidad como representantes del pueblo.
Los votantes están ansiosos por escuchar propuestas significativas y acciones concretas que impulsen el progreso y el desarrollo de Nuevo León.
Es buen momento de dejar de lado las peleas de patio de vecindario y empezar a trabajar por un futuro mejor para todos.