8 de cada 10 perros ‘domésticos’ están en situación de calle y viven sin la ayuda de seres humanos. Así que no: no nos necesitan para subsistir.
Hace 14 mil años, los seres humanos iniciaron el proceso de domesticación de los lobos. En este espacio de tiempo, el cerebro de estos animales se modificó: en lugar de ser cazadores por naturaleza, los perros contemporáneos evolucionaron para depender del cuidado de nuestra especie.
Estos cambios no sólo se manifestaron a nivel de alimentación. Por el contrario, a nivel cognitivo, los perros domésticos pueden entender algunas palabras que los seres humanos decimos, según reportó un estudio de Current Biology. El contacto cercano y constante entre ambas especies las hizo evolucionar en conjunto.
Sin embargo, es una realidad que las probabilidades de que la humanidad persista para siempre son realmente escasas. Considerando que hay miles de años de relación entre nuestra especie y los perros de casa, la pregunta es válida: ¿qué pasará con ellos cuando desaparezcamos? Una investigación del Centro de Bioética y Humanidades de la Universidad de Colorado sugiere que los perros podrían sobrevivir fácilmente sin nosotros. Ésta es la razón.
Después de milenios de convivencia
Los procesos evolutivos son lentos. A pesar de que los seres humanos tenemos una relación de, al menos, 14 mil años con los perros domésticos, lo más probable es que ellos logren sobrevivir sin nuestra ayuda. Jessica Pierce, bioética de Universidad de Colorado, lo explica como sigue en su artículo para Aeon:
“[…] la investigación sugiere que aproximadamente el 20 % de los perros del mundo viven como mascotas, o lo que llamamos ‘perros con hogares intensivos’. El otro 80 por ciento de los perros del mundo viven por su cuenta”, escribe la autora.
A pesar de que, como explica Pierce, generalmente nos imaginamos a los perros domésticos viviendo cómodamente en el seno de una familia amorosa, la realidad para la gran mayoría de ellos dista mucho de ser así. Como producto del abandono, o de nacer en situación de calle, estos animales tienen que adaptarse a vivir al día.
Esto no quiere decir, sin embargo, que los perros que han estado acostumbrados al cariño y cuidados de sus familias humanas puedan resolverse la vida de una manera tan sencilla. Estos son algunos de los retos a los que los canes de casa se enfrentarían, de manera inmediata, a la falta de seres humanos.
¿Realmente tendrán una peor calidad de vida?
De acuerdo con Pierce, el problema inmediato al que los perros domésticos —que sí viven en una casa humana— se enfrentarían es a la obtención de comida y sustento en general. Acostumbrados al cariño y cuidados de una familia, les sería difícil encontrar recursos por su cuenta. En especial a aquellos que, literalmente, viven como hijos de casa.
“La pérdida de recursos alimentarios humanos representaría el desafío de supervivencia más importante para los perros durante el período inmediatamente posterior a la desaparición humana y en los años de transición hacia un futuro completamente posthumano”, explica la experta en bioética.
Sin embargo, a partir de sus años de estudio en el Centro de Bioética y Humanidades, Pierce está segura de que bastarían unos cuantos años para que los perros domésticos se acostumbraran a la vida en libertad. Desde su punto de vista, el instinto de supervivencia es más fuerte que la necesidad de depender de alguien más.
Esto es así, además, porque los “el comportamiento de los perros domésticos es muy flexible“. Como su dieta puede ser muy amplia, bien podrían comer carroña o aprender nuevamente a cazar.
Así como la apariencia de los lobos cambió con el contacto humano, a falta de personas, lo más probable es que los perros domésticos no sean iguales en unos cuantos miles de años. Todo dependerá, según la experta, en sus dimensiones, ecosistema y destrezas particulares.
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