EDITORIAL: La errática estrategia de seguridad pública de AMLO y Alfonso Durazo

No nos engañemos: AMLO no tiene hasta la fecha una buena estrategia de seguridad pública. Y si esto sigue así el crimen organizado estrenará el sexenio de AMLO sentando sus reales en el territorio nacional, matando y secuestrando impunemente.

Se supone que los foros de pacificación que encabezó Alfonso Durazo servirían para escuchar las voces de las víctimas y a partir de esa información, delinear políticas públicas eficaces.

Pero los foros se suspendieron en los cinco estados con más altos índices de violencia sin una explicación convincente. Y lo que es peor: pareciera que la interrupción se debió a que la propuesta de AMLO y Alfonso Durazo de “perdón y olvido”, se estrelló con la propuesta más valedera de los familiares de las víctimas: “justicia y castigo”. ¿Y por qué la principal estrategia de la próxima Secretaría de Seguridad Pública tendría que ser perdonar delincuentes sin más ni más?

Ahora bien, en una sociedad donde la mayoría de los delitos no se sabe quién los cometió, ni los familiares de los secuestrados saben qué cartel se los llevó o qué criminal los mató, el perdón a los delincuentes es una acción absurda, una soberana metida de pata: ¿a quién voy a perdonar si no se quién levantó a mi hijo, a mi padre o a mi hermano? ¿Cómo voy a olvidar al delincuente que me dejó huérfano?

Convencer a una madre para que perdone al asesino de su hijo es una solución simplona de la autoridad pública que pretende combatir los delitos. Es casi como lavarse las manos. La otra alternativa es perseguir a los criminales y encarcelarlos. Así de simple

La política pública de “perdonar y olvidar” de AMLO sólo provocará que la gente siga buscando justicia por su propia mano, que prolifere la frustración colectiva y se desconfíe públicamente del Estado de Derecho. ¿Esto es lo que quiere AMLO? Si es así, su sexenio empezará con el pie izquierdo y acabará con un baño de sangre.