La población ocupada en México pasó de 56.9 a 55.5 millones de personas en enero de 2022, de acuerdo con cifras del Inegi.
La nueva variante de Covid-10, ómicron, y la debilidad de la economía, ocasionaron la caída de 1.4 millones en el número de ocupados en México durante enero, la mayor cifra desde abril del 2020, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dados a conocer el lunes.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOEN), la población ocupada (PO) pasó de 56.9 a 55.5 millones de personas en el primer mes del año, respecto a diciembre del 2021.
Por sector económico, el de servicios fue el más afectado durante enero al borrar 857 mil 691 personas ocupadas.
En su interior, los servicios diversos perdieron 398 mil 644 ocupados, seguido de los servicios sociales con 257 mil 53, los servicios profesionales, financieros y corporativos disminuyeron 76 mil 138 personas y de Gobierno y organismos internacionales,75 mil 384 ocupados.
En el sector industrial la pérdida fue de 537 mil 720 ocupados; con una subsector de la construcción débil al perder 363 mil 415 y una industria manufacturera que redujo el número de personas ocupadas en 130 mil 922.
Por el contrario, el sector primario presentó un ligero incremento de 45 mil 410 personas ocupadas en enero.
En total, en el primer mes del año se perdieron 1.3 millones personas de la Población Económicamente Activa (PEA), para ubicarse en los 57.7 millones.
De los 12.6 millones de personas que salieron de la PEA en abril de 2020 por el tema de la pandemia, ya se recuperaron 12.8 millones de mayo del 2020 a enero del 2021.
Además de la caída en la ocupación, destacó el repunte en la proporción de ocupados en condiciones críticas, que en enero se ubicó en 31.2 por ciento, una cifra histórica, que representó 17.3 millones de trabajadores, 3.5 millones más que en el mes previo.
“La participación laboral se redujo de forma sensible, de 59.5 por ciento en diciembre a 58.3 por ciento en enero, lo que podría interpretarse como resultado de la menor movilidad producida por el fuerte repunte en los contagios de Covid-19″, señaló Mario Correa, economista independiente.
Estimó que en febrero y marzo “deberíamos ver un regreso rápido a niveles más usuales en estos indicadores, y si no es así, entonces lo que estamos viendo se explicaría por un deterioro en las perspectivas para encontrar una ocupación”.
“El efecto de ómicron en el mercado laboral mexicano en enero 2022 parece detectarse en una caída de la participación laboral, con bajas en desocupación, subocupación y ocupación informal”, anotó en su cuenta de Twitter, Julio Santaella, expresidente del INEGI.
Ricardo Aguilar, economista en jefe del Grupo Financiero Invex, consideró que el deterioro en el mercado laboral coincide con la desaceleración de la economía al comienzo del año, con un sector servicios que fue el más afectado y un incremento en los contagios por ómicron que terminaron por afectar a los empleos.
Agregó que hacia delante, mientras la recuperación económica se mantenga en marcha, se esperaría que las afectaciones que se dieron por la separación de muchos empleos por la ley de outsourcing, que afectaron a los negocios, empiece a revertirse de manera más notoria y comiencen a crecer las plazas bajo un esquema formal.
“Una vez que pasó el efecto estacional de fin de año, dónde se contratan trabajos temporales sobre todo en la parte de servicios, hay una reducción importante de este número de plazas, y por otro lado, por el hecho de que la economía mexicana se sigue desacelerando de manera significativa”, explicó José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
El experto prevé que el mercado laboral continuará con la precarización de los empleos, y la informalidad seguirá siendo la válvula de escape del empleo, y por lo mismo, las condiciones de las prestaciones sociales serán limitadas y el rango de percepciones estará entre 1 y 3 salarios mínimos.
Informales son vulnerables
Por su parte, la ocupación informal presentó una disminución de 1.7 millones en dicho periodo, al tiempo que la tasa de informalidad laboral se situó en 54.9 por ciento, cifra mayor en 1.63 puntos porcentuales comparada con la del mes previo.
El total de informales se ubicó en 30.5 millones, en tanto, el número de empleos formales subió en 294 mil, a 25 millones.
“La cifra de enero definitivamente es una mala noticia para el mercado laboral. Hay algunos matices que tomar en cuenta, pues confirma la mayor vulnerabilidad de los trabajadores informales para perder su empleo más fácil y sin que sus patrones tengan que pagar la liquidación y otros costos ligados a la separación de sus trabajadores”, señaló Ana Bertha Gutiérrez, coordinadora de mercado laboral del IMCO.
“Hacia delante, no hay que perder de vista la informalidad que sigue siendo un problema persistente y una brecha laboral de 23 por ciento, lo cual, nos señala que una parte de la población de 15 años y más se encuentran en desocupación o en la subocupación, y eso muestra que no estamos utilizando el potencial de la fuerza laboral que podríamos tener y que por supuesto podría aportar mucho a la economía mexicana y a su crecimiento”, añadió.
La población desocupada de 15 y más años como proporción de la PEA representó 3.7 por ciento, equivalente a 2.1 millones de personas.
La Población No Económicamente Activa (PNEA) disponible para trabajar, es decir, población que no trabajó ni buscó trabajo pero que aceptaría un trabajo si se lo ofrecieran, aumentó de 1.04 millones y sumó un total de 41.2 millones.
La ENOEN en enero registró una tasa de subocupación de 3.7 por ciento, cifra menor en 0.19 puntos porcentuales respecto al mes previo.
El Financiero