Aquí en confianza

La lucha por los libros de texto gratuitos

Muchos y muy diversos aspectos del quehacer gubernamental son susceptibles de ser ácidamente cuestionados, pero que la educación de nuestras niñas, niños y jóvenes sea llevada sin recato alguno a la arena política, es altamente preocupante. No, no voy a referirme a las ya conocidas disidencias sindicales o a la disminución de los recursos para la capacitación de los docentes; tampoco al ataúd en el que fueron enterradas las escuelas de tiempo completo que llegaron a beneficiar a casi cuatro millones de estudiantes o al sonado fracaso del programa La Escuela es Nuestra, a través del cual se pretendió que la administración de los planteles escolares fuera llevada a cabo por un comité integrado principalmente por los padres de familia. Son los libros de texto gratuitos los que hoy por hoy se colocan en el ojo del huracán. Atrás quedaron los acalorados debates sobre el manejo de la laicidad o la incorporación de la educación sexual en los referidos instrumentos de enseñanza; ahora, los señalamientos giran en torno a los aparentes propósitos de ideologización política que se esconden tras los libros que serán usados por las y los alumnos mexicanos en su proceso de aprendizaje básico.

Más allá de las deficiencias técnicas que han sido advertidas por expertos, como el hecho de que no se haya contemplado la emisión de libros para ciertas materias lo que acarrea mecanismos de instrucción carentes de un sistema integral o la ausencia del pensamiento matemático en los nuevos materiales educativos – de hecho, se eliminó el libro de matemáticas como asignatura independiente – o hasta la normalización del uso de la consonante “s” al finalizar un verbo , los reproches se concentran en el pretendido adoctrinamiento político desde la primera infancia. De acuerdo con análisis efectuados por diversas organizaciones de padres de familia, maestros e investigadores, los nuevos libros de texto gratuitos contienen referencias a la pobreza, considerándola como una virtud y un estado ideal del individuo; además, limitan la difusión del conocimiento científico y en su lugar, priorizan la militancia social a través de la enseñanza de conceptos como asamblea del aula, plenaria y comunidad grupal, entre otros similares. Por su parte, en los libros se exaltan – a decir de algunos, hasta son romantizados – los movimientos guerrilleros de Lucio Cabañas y Genaro Vázquez; se menciona la revolución cubana, la cual es calificada como “creadora de nuevos horizontes” y por supuesto, se alude de manera negativa a la etapa del neoliberalismo. Por si lo anterior fuera poco, el material recién elaborado incluye un apartado en el que se detalla el fraude electoral del 2006 supuestamente cometido en contra del actual mandatario mexicano. 

Si bien, las autoridades educativas han afirmado que en la confección de los nuevos libros de texto gratuitos participaron decenas de experimentados profesores y pedagogos, lo cierto es que poco o nada se sabe respecto a la metodología utilizada y la trayectoria de los redactores, toda vez que la Secretaría de Educación Pública decidió reservar por cinco años la información correspondiente.

Aquí en confianza, la lucha por los nuevos materiales educativos parece vivir su round definitivo. En una esquina, la autoridad judicial federal ofreció un plazo de 24 horas a la SEP para que cumpla con la determinación de revisar y, en su caso, rediseñar los libros de texto gratuitos de nivel básico; ello, conforme a la suspensión otorgada desde el pasado 25 de mayo. En la esquina contraria, el Presidente de México insiste en que los libros ya fueron impresos, se encuentran en proceso de distribución y serán entregados a las y los alumnos el próximo 28 de agosto, día en el que dará inició el ciclo escolar 2023 – 2024; sin duda, lo que ocurra entonces significará un parteaguas en la historia de la educación en México. No por trillado deja de ser cierto, los conocimientos que se reciben en la infancia y en la adolescencia inciden directamente en la conformación del estado nacional del mañana. 

Escribió el reconocido psiquiatra Karl Menninger: “Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad”. Ahí se los dejo para la reflexión.

Nota. Lo antes expuesto representa la opinión personal del autor